Capítulo 54

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Hoy está agradable el día por lo que salgo a caminar y en mi misión de búsqueda de empleo, necesito comprar el boleto de avión, tengo algo de dinero, pero sí compro el pasaje me quedaré sin nada.

Camino por horas, pero no encuentro nada y para cuando acuerdo ya es tarde y no sé bien dónde estoy. Camino cerca de un bar donde se encuentra  gente afuera así que me pueden orientar. Me acero y escucho gritos dirigiéndome allá y me encuentro con un tipo golpeando y pateando a una chica que yace en el piso.

Ni siquiera lo pienso ya que la sangre me hierve y me le voy encima propinándole un par de golpes que lo hacen alejarse, momento que aprovecho y ayudo a la chica a levantarse. Esta me agradece y trato de alejarla de ahí, pero el tipo llama a un par de mastodontes y se lía la gorda. Son demasiado para mí, uno me propina una bofetada que hace que vea estrellas y agradezco que no haya sido con el puño.

La chica grita pidiendo ayuda y recibo otro golpe, pero este sí fue con el puño, no dolió tanto como la bofetada porque me golpeo el tipo que pateaba a la chica, así que le meto unas patadas y un rodillazo al desgraciado. 

Los mastodontes me sujetan por orden del tipo y está a punto de golpearme cuando llega la policía ¡gracias, Dios! Nos llevan a todos a la comisaría, pero el tipo es influyente y ni siquiera pisa la entrada, en cambio, levanta cargo contra nosotras. Maldito cobarde.

Nos permiten realizar una llamada la cual rechazo. Me indican que si no se paga la fianza solo paso la noche aquí y ya. Está bien tendré una cama y solo son unas horas, además ¿a quién llamo? ¿Noah? ¿Alek? No lo creo.

La chica en cambio sí realiza su llamada y entra a la celda muy campante como si no tuviera ningún moretón en su pálida cara o nada hubiera pasado.

-Hola, soy Winnie- dice presentándose. 

-¿Winnie?- me quería dar risa, se llama como el oso de Christoper Robin -soy Lucía, mucho gusto- respondo

-Bueno en realidad me llamó Winniefred, pero es muy largo y anticuado, llámame, Winnie.

-Ok, Winnie será.

Nos quedamos en silencio, pero mi vista no se aparta de esos moretones, y ella está ahí sentada con los pies colgando como una chiquilla.

-En unos días desaparecerán- dice encogiéndose de hombros 

-¿Puedo preguntar por ese tipo?

-Oh cierto, que torpe, gracias por lo de antes Lucía, ese es mi exnovio

-Dices que en unos días desaparecerán ¿supongo que no es la primera vez?

Gira su cabeza avergonzada ¿de qué se avergüenza? El que debería de sentirse así es ese tipejo.

-No, cuando estaba con él se hizo frecuente, primero empujones y después "golpecitos" y después esto- señala los moretones en su cara.

-Sí quieres te puedo enseñar algunas técnicas para que te defiendas

-¿En serio?- responde emocionada -Eso sería genial

Practicamos unos cuantos movimientos básicos hasta que un guardia la llamó, se acercó a la puerta y la abrieron para ella, después dijo mi nombre, pero sin abrir la puerta.

-La persona que pagó la fianza de esta chica- dice el guardia girando la cabeza para señalar a Winnie que espera a un lado de él -quiere pagar la tuya también ¿está bien?

-¿Por qué haría eso?

-Es mi hermano y te lo debo Lucía- responde Winnie

-No, no me debes nada y por lo de la fianza no te preocupes, una noche aquí no me hará mal.

-¡¿Lucía?!- alguien grita mi nombre sorprendido. Lo que me faltaba.

-¿Thomas conoces a mi amiga Lucía?

-¿Tú amiga?- dice Thomas sorprendido caminando hacia la reja.

-¿Él es tu hermano?- pregunto con cara de asombro. Sí que este mundo es pequeño, pequeñísimo.

-Sí ¿de dónde se conocen?- cuestiona Winnie

-Yo trabajaba de niñera y él es el pediatra de esa nena.

-¿Trabajabas?- pregunta Thomas sorprendido mientras yo solo afirmo con la cabeza -¿y ustedes de dónde se conocen?

-Lucía es quien me defendió hermano, pero no quiere aceptar la fianza

-Está bien, no se preocupen, pasar la noche aquí no creo sea tan malo.

Thomas insiste en pagar la bendita fianza, y yo me sigo negando, ninguno de los dos cambiará de opinión, pero yo soy más terca y la que está tras las rejas así después de un rato desiste.

 Winnie en cambio se queda conmigo, por más que trato de persuadirla no lo logro, así que va de regreso conmigo a la celda.

Por un par de horas estamos ahí, después nos dejan libres ya que retiraron los cargos.

Me comenta que tiene una cafetería y en agradecimiento me dará empleo, le explico lo que puede pasar con la mamá de Noah, obvio no le doy todo el contexto solo no quiero que se vaya a sorprender si llega a aparecer por ahí, pero me dice que no le importa.

Winnie es de esas personas que serían incapaces de matar a una mosca. Es muy agradable y noble, desafortunadamente no le ha ido bien en sus relaciones amorosas.

Acordamos en ese momento para ir a la cafetería y conocer mi próximo lugar de trabajo y no quepo de felicidad. En la planta alta de la cafetería está un pequeño departamento que ella usaba y ahora está libre, también me lo ofrece. La abrazo emocionada. Winnie es como un ángel en este momento. Apenas unas horas de conocernos y ya me está resolviendo la vida.

Ayer finalmente después de darle vueltas al asunto hice video llamada con mi familia. No quería que me vieran en este estado, lo cual fue en vano ya que me dicen que estoy más delgada y que mi aspecto no es bueno. Nada que el espejo no me recuerde a cada tanto.

-Tienes que comer bien Lucía, aunque la comida no te guste tienes que hacerlo- regaña mi madre y desearía decirle que la comida no tiene nada que ver, que mi aspecto se debe a cuestiones del corazón, pero para que mortificarla.

-No es eso mamá, tengo mucho trabajo- miento.

No les puedo decir toda la verdad, aunque Mariana creo sospecha, ya no ven a Agnes y de vez en cuando esquivo sus preguntas porque si no terminaré diciéndole todo y no quiero preocupar a nadie y mucho menos de que se enteren de la verdad. Podría decirles la verdad a medias, pero en algún punto terminaría cediendo, lo sé. 

Toda una vida. (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora