Conforme me iba acercando a la mesa donde se encontraban, mi corazón empezó a latir rápido. ¿Será posible? Tenía el cabello recogido no suelto como siempre lo tuvo cuando estuvimos juntos, pero por el cuello de su vestido se asoma una gaviota como las que tiene tatuada en la espalda.
No, no puede ser, debo de estar delirando, me decía conforme me acercaba acelerando el paso ignorando un par de saludos en el trayecto.
-Mira, aquí está el famoso cumpleañero y padre de esta preciosura- mencionó Alek señalándome a sus espaldas, mientras la chica con mi hija en sus brazos se giró para verme.
Tenía pintada una sonrisa que se desvaneció en cuánto me vio.
-Noah, ella es Lucía, es fotógrafa de pentaprisma y es la elegida para apoyarme en su estadía en Berlín- Alek tiene convenio con varias escuelas de estudiantes y de vez en cuando algunos de ellos trabajaban para Alek en campañas publicitarias.
-Hola Lucía- me acerqué a ella extendiendo mi mano. Se ve preciosa.
-Y ella es Kate la progenitora de Agnes- dijo Alek en tono serio, no me había percatado que Kate estaba a mi lado, toda mi atención estaba en Lucía, su rostro estaba pálido como si hubiera visto a un fantasma, pero en segundos se enrojeció.
-Hola- saludó -¿Disculpa, el sanitario? - se giró dirigiéndose a Alek dejando en sus brazos a Agnes, que para variar comenzó a llorar.
Intenté ir tras ella, pero Agnes no cedía en su llanto y la tomé en brazos.
Con la mirada en la puerta, estuve esperando que regresara, pero ya había pasado demasiado tiempo, así que me fui adentro. Alek estaba ayudándole con su saco. ¿Acaso pensaba irse? No, no lo iba a permitir tenía que hablar con ella.
-No pensaras retirarte, aún no hemos cenado y falta el pastel- trataba de que mis palabras sonarán lo más normal posible para que Alek no se percatara de quien era.
-Gracias, pero tengo que retirarme. Feliz cumpleaños, por cierto. Que disfruten la noche- tomó su bolso y se dirigieron a la puerta.
¿Tenía que irse, cómo qué tenía?
Agnes aún en mis brazos comenzó a llorar.
Mi atención iba de Agnes llorando a Lucía que se iba y por más que intenté no lograba que Agnes se calmara, además su llanto era desesperado, sí, que mi hija era llorona pero nunca la había escuchado llorar así.
De pronto unas pequeñas y frías manos tomaron mis brazos pidiéndome a Agnes, y ahí estaba, ese ligero escalofrío al sentirla.
-¿Puedo?- preguntó en tono bajo.
-Claro– dije algo sorprendido.
La acunó en su pecho y como por arte de magia Agnes dejó de llorar.
Alek y yo estamos sorprendidos. ¿Qué acaba de pasar? Agnes no se está tan en paz con desconocidos, ¿Será el famoso instinto maternal? Raro porque Kate nunca tuvo indicios.
-Probablemente está algo agotada y fastidiada– dijo mientras la mecía.
-Tienes razón, debería de ir a descansar– trataba de tomarla en mis brazos, y digo trataba porque en cuanto se desprendía un poco de Lucía comenzaba a llorar.
-¿La llevó con su madre?- cuestionó
-¡Nooo!- respondimos Alek y yo al unísono.
-Ok, ¿entonces?- comentó algo confundida.
-Disculpa, no fue nuestra intención...
-Está bien, pero ¿la puedo recostar yo?- inquirió con algo de duda.
-Por favor.... Disculpa por esto- dije mirando con ojos de angustia a mi hija.
-No te preocupes.
-Para papelitos que se avienta la sobrina, que para chantajista nadie le gana eh, que va directo para ser actriz- todos soltamos una carcajada- Vayan a recostarla para poder cenar, nos acompañaras ¿verdad Lucía? Sé que no te sientes muy dispuesta, pero puedes acompañarnos un rato- la petición de Alek sonó más a orden qué a pregunta e internamente agradecí.
Lo dudó por un instante y después aceptó.
-¿Dónde está su pijama?- inquirió en cuanto llegamos a la habitación de Agnes.
De una cómoda saqué el pijama mientras Lucía poco a poco y con cuidado iba quitando el vestido de Agnes. Le colocó su pijama y cambió su pañal, la arrulló por unos minutos en sus brazos hasta que logró quedarse dormida por completo y la recostó en su cuna.
Estaba fascinado viéndola. Lo hacía ver tan fácil. Lo que ella hizo en cuestión de minutos a mí ya me hubiera llevado horas lograrlo, además que se veían hermosas.
En el pasillo no podía dejar de verle y ella lo notó, es imposible que no lo notara. Parece un sueño, ella está aquí en mi casa y acaba de recostar a mi hija. Sin duda el mejor cumpleaños que he tenido y verla era uno de los mejores regalos.
-Siento lo de antes, yo no sabía que Alek es tu hermano y que esta es tu fiesta- se disculpó algo avergonzada.
Pero ¿por qué se disculpaba? No tenía por qué hacerlo, sí ella lo pedía ahora mismo corría a todo mundo quedándonos solo nosotros.
-No tienes por qué disculparte, quien debería de disculparse soy yo, Agnes es...
-Es hermosa y como cualquier bebé necesita toda la atención, no te preocupes.
Estaba por llevarla a la terraza para charlar con ella, pero el inoportuno de mi hermano apareció.
-¿Todo bien con Agnes?- dijo al final del pasillo
-Sí, gracias a Lucía duerme con el angelito que es.
-Claro, cómo si no conociera a mi sobrina. Entonces vamos para cantarte cumpleaños feliz.
El resto de la noche no pude dejar de mirar a Lucía, es tan hermosa y el color rosa de su vestido le hacía lucir más bella aún.
Traté de entablar conversaciones con los invitados en vano, no podría dejar de verla, solo quería que todo mundo se fuera e incluso rogaba que Agnes despertara para pedirle su ayuda. Estoy loco, pero ella es la culpable.
Por un momento la perdí de vista y por más que la busqué con la mirada no la encontré por ningún lado, entré a la casa pensando que estaría ahí, sin éxito, solo se encontraba Alek que venía de la puerta principal.
-Salí a despedir a Lucía- confirmó
-¿Qué, se fue, pero por qué?-Alek me vio algo extrañado.
-Pues porque tiene una vida ¿o pretendías que se quedara a cuidar a Agnes?.... Es encantadora ¿no? Además, que es buena fotógrafa, tiene mucho potencial - tomó una bebida de la mesa y siguió su camino.
-Sí, lo es.
Fue una fiesta agradable con algunos invitados que se retiraron casi de madrugada y a pesar de que disfrutaba su compañía, sólo había una que quería, pero ya sería más adelante, por ahora me conformaba con haberla visto y saber que estaba bien y lo mejor de todo es que Alek tenía su contacto ahora sólo sería cuestión de ingeniármelas para conseguirlo sin que sospechara.
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Toda una vida. (Terminada).
RomanceNoah es un empresario multimillonario. Alto, guapo, atractivo. Sin líos o compromisos. Todo cambia poniendo su mundo patas arriba con la noticia de un antiguo amor y el encuentro fugaz con una chica que ¿empeorara o tal vez mejorará las cosas?