Noah.
¿Qué he hecho?
La casa es mucho más grande de lo que recordaba, es inmensa. Por doquier está la esencia de Lucía, Agnes y Natalia. Miro a cualquier lado y su recuerdo llega como destellos mostrándome los momentos felices que creamos en nuestro hogar y que yo por idiota, ahora me estoy perdiendo.
Estoy solo y no merezco menos que esto, alejé a la mujer que amo y con ella se fue mi vida.
La primera vez que la perdí tuve el coraje de ir a por ella, pero está ocasión es muy diferente en cuando al dolor que siento ya que ahora el único responsable en alejarla fui yo, yo y mi estúpido ego.
Sí, estoy con mis hijas cuando lo deseo y agradezco que así sea porque cualquiera en mi situación hasta el verlas me hubieran negado y Alek me lo recalcó, por fortuna me casé con la mejor mujer del mundo y puedo tener a mis hijas cuando se me plazca, en cambio con Lucía me tengo que conformar con solo mirarla y eso me carcome el alma, el no poder sentirla o tocarla, el seguir amándola y ser consciente de que yo mismo la aparté de mi lado.
No firmé el divorcio así que legalmente aun soy su esposo. Tenía tanta razón al decir que un papel no significaba nada, no necesito que algo diga que soy de ella, porque simplemente le pertenezco, pero ahora mismo es lo único que me une a ella y si es lo que quedará, pues a ello me aferraré.
No sé cómo es que logro levantarme por las mañanas. Hace semanas que Lucía se fue y desde entonces duermo en el sofá, la habitación me da miedo sin ella. Por lo menos en la sala me pueden acompañar nuestras fotografías, las miro y rememoro todos los buenos momentos que pasamos. ¿Cómo pude ser tan idiota para permitirme dudar de Lucía? Ahora solo tengo que pagar mis consecuencias y aprender a sobrellevar mi vida sin ella.
-Es lo mejor hijo, esa mujer...
-Es mi esposa, la madre de mis hijas y la mujer que amo- termino la oración por ella -Sabes madre, no creo que exista en el mundo algún padre que desee que su hijo sea infeliz como tú lo has hecho conmigo. No, mejor dicho, no sé cómo es que fui tan estúpido que me permití que hicieras todo esto. Soy el único culpable.
-Yo solo quiero lo mejor para ti- explica
-Por favor madre deja de repetir eso- digo cansado -Si realmente quisieras lo mejor para mí nunca hubieras hecho nada de lo que hiciste, pero me alegro que así fuera- expongo -Lo del divorcio fue lo último que toleré de tu parte. Me duele, pero ahora entiendo perfectamente porque te alejamos de nuestras vidas. No miento, por un momento pensé que llegarías a querer a Lucía tanto como lo hacen Alek, Jonás, mi padre e incluso el abuelo, pero está bien, como dice Lucía tú eres quien se lo pierde, en este caso los dos nos perdimos su cariño- alegro triste -Y ahora también perderás mi cariño. Deseo que encuentres un propósito en tu vida que no sea tan banal como el tratar a la gente por estatus social o su riqueza. Cuídate madre.- culmino besando su frente abriendo la puerta para que se marche de mi casa.
Estoy de acuerdo que los padres no venimos con instructivos, pero la mayoría de las decisiones las tomamos con el corazón deseando solamente que nuestros hijos sean felices, pero al parecer el corazón de mi madre me odia.
Lucía viajará a México por trabajo quedando esos días las niñas a mi cargo. Estos años según el abuelo le han aportado vida, últimamente no ha estado muy bien de salud, pero aun así pide que Agnes y Natalia pasen estos días en su casa y lo complacemos.
Acudo a recogerlas un día antes de la partida de Lucía y como siempre la música está a todo volumen, tanto así que no escuchan el timbre y como Lucía me proporcionó un juego de llaves decido entrar ante la insistencia de que no me atiendan.
ESTÁS LEYENDO
Toda una vida. (Terminada).
RomanceNoah es un empresario multimillonario. Alto, guapo, atractivo. Sin líos o compromisos. Todo cambia poniendo su mundo patas arriba con la noticia de un antiguo amor y el encuentro fugaz con una chica que ¿empeorara o tal vez mejorará las cosas?