Capítulo 6

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Me despierta la ligera luz que se cuela por las cortinas del ventanal entreabierto, arrugo los ojos y estiro el brazo acercando el reloj que está sobre la cajonera.

8:02 am, bufo.

Apenas y he dormido un par de horas. Si es que a esto se le puede llamar dormir.

Intento despabilarme y los recuerdos de los días anteriores llegan en conjunto como si todo acabara de suceder, y sí, sé que todo lo ocurrido es real, muy real.

Tenía que prepararme, era un viaje de casi 12 horas, pero por lo menos ayudaría a pensar y poner todo en orden.

Alek se ofreció a apoyarme con la decoración de la recámara, compras de víveres y ropa, todo lo que se iba a necesitar. Es diseñador así que más que gustoso de aceptar su ayuda además yo no tenía la menor idea de en lo que me estaba metiendo, sin embargo, en unas semanas estaba por averiguarlo.

Me encontraba algo nervioso y al mismo tiempo emocionado por esta nueva etapa.

*Pasajeros con destino a la ciudad de México, favor de abordar por la puerta 6*

Al llegar a la ciudad de México tuve que tomar otro vuelo ya que la inauguración es en una ciudad al norte del país. En menos de una hora ya estaba en mi destino.

Me recibe uno de los directivos de la planta que a pesar de insistir en que me alojara en su casa decido alojarme en un hotel. Agradezco muchos su amabilidad y hospitalidad, pero es más cómodo para ambas partes.

El evento se realizó con éxito y sin pormenores por lo que me tomé un día para turistear por la ciudad.

Es un lugar muy tranquilo y como siempre, la gente de México es muy amable. La mayoría se sorprendían al escucharme hablar español, lo hablo muy fluido ya que desde pequeño aprendí varios idiomas y el español a pesar de ser uno de los más complicados siempre disfruto hablarlo.

Ya en el aeropuerto me despedí de los ejecutivos quienes insistieron en escoltarme a la ciudad de México para tomar el vuelo de regreso a mi país. Les parecía increíble que un directivo de "mi talla" se paseara sin algún tipo de seguridad. No era algo que me preocupara, ni aquí ni en mi país.

Me negué a que me acompañarán, no había necesidad. Solo pasaría unas horas en el aeropuerto de la ciudad de México a la espera del vuelo que me llevaría de regreso a mi país.

El aeropuerto de la ciudad de México es enorme con un clima agradable. Unos 6°, aunque sí lo pensamos bien es algo caluroso para un alemán como yo.

Al ser un viaje rápido solo llevó una maleta básica y una mochila con mi laptop y documentos personales. Así que termino de desayunar, tomo mis pertenencias dirigiéndome a la sala de espera y al girar alguien choca directo contra mi pecho.

-Disculpa- dice levantando la cabeza y guiando su mirada hacia mí mientras con una mano se quita un auricular y la otra posa en mi pecho.

– No te vi, venía algo distraída, discúlpame.

Nuestros ojos se enlazaron por unos segundos hasta que guíe la mirada a su mano que aún me tocaba.

- No hay problema- respondí, y retiró su mano rápidamente como si quemara.

Es una chica bajita. Lleva puesto un gorro negro y tiene las manos frías, muy frías, tanto así que sentí como traspasó mi suéter ligero y llegó a recorrer mi cuerpo con un escalofrío.

Se despidió con una sonrisa y siguió su camino.

Mi celular timbó leyendo en la pantalla: "Esto te costará una luna de miel en las Bahamas hermanito......buen viaje, te quiero" - Alek.

No sé qué haría sin todo su apoyo.

Kate se encuentra en la última etapa del embarazo y no lo estaba llevando nada bien, claro con casi 20 kilos más y sin poder dormir ¿quién lo haría?

Aun así, estaba muy agradecido de que lo sobrellevara, el pobre de Alek es quien estaba, según sus mensajes estos días "a punto del colapso".

"¿Bahamas?? Te mereces un crucero completo hermano. Gracias por todo, nos vemos pronto, te quiero." – respondí. 

Toda una vida. (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora