Capítulo 20

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Ha pasado una semana desde que Lucía se fue, mi habitación es un desastre. No he ido a trabajar. Bebo hasta dormir y al despertar lo vuelvo a hacer.

Miles de llamadas y mensajes en los cuales la maldije, le agradecí, le grite, le supliqué, pero de ninguno tuve respuesta.

Después de que Lucía se fue Ida, me estuvo apoyando con Agnes, tal cual Lucía lo indicó, pero al ver mi estado llamó a Alek.

Mi hermano habló conmigo y en agradecimiento lo corrí de casa y decidió llevarse unos días a Agnes.

-Tómate el tiempo que necesites para sanar que cuando estés listo yo estaré para ti, por Agnes no te preocupes que yo la cuidare- dijo mi hermano antes de cerrar la puerta y dejarme ahí. 

Me dolía no solo por mí, sino por mi hija, algunas noches iba a su habitación y Agnes lloraba por la ausencia de Lucía, sé que ella la extraña igual o me atrevería a decir que más que yo.

Una, dos, tres botellas y ella sigue sin salir de mi mente ¿cómo es posible que alguien en tan poco tiempo se apodere de tu cuerpo, tu mente, tu vida y tu corazón?

-¿Hasta cuándo vas a seguir así? Noah tienes que dejar que te ayudemos, vamos levántate- inquirió Alek en cuanto me vio.

Soy un poco más alto y pesado que él, aun así, me metió a la ducha para despabilarme, me rasuró y me apoyó en vestirme, apenas y me podía poner en pie.

Dormí por no sé cuántas horas y al despertar Alek aún estaba ahí, lo vi y comencé a llorar sin poder contenerme.

-Lo sé, desahogarte lo necesitas. Aquí estoy- calmó pasando su mano por mi espalda.

-Siento todo esto Alek. Me enamoré como un tonto, hice y dije cosas estúpidas.

-No tienes nada que sentir, pero tienes que recomponerte, Agnes aún te necesita y nosotros también. Sé que te duele mucho lo de Lucía, no sé exactamente qué pasó entre ustedes, pero sí ya no hay nada que hacer tienes que avanzar Noah, esto no es sano para ti.

-Gracias Alek, no sólo por estar aquí, gracias por ser mi hermano

-No seas tonto que para eso somos los hermanos mayores- me dio un ligero golpe en el brazo que forzó mis labios a formar una sonrisa triste.

-Lucía nos escuchó aquel día hablando en tu casa- confesé desesperanzado -después un día en la oficina me vio con Regina, está llegó y prácticamente se desnudó ante mí, Lucía nos vio y eso desató todo.

-¿Hablaste con ella?

-Traté, pero no me escuchó. Cuando llegué ya tenía todo listo para partir, intenté razonar con ella, no me daba oportunidad y solo mencionaba a Agnes. No es que me moleste, es solo que....- debo parecer idiota con esta confesión, pero necesito que sepa todo -En ese momento ¿yo dónde quedaba? Estaba enojado por lo que estaba pasando y hasta le dije un par de cosas hirientes.

-Desde el día uno Agnes se ganó el corazón de Lucía y creo se sintió decepcionada y creo que por lo que dices, ella tenía sus razones para irse, pero dejar todo es algo excesivo.

-¿A qué te refieres con dejar todo?

-Renunció a la agencia, fui a buscarla a la escuela y se dio de baja. La llamé y nada, así que me decidí por ir a buscarla y ya no vive en aquel departamento, nadie sabe dónde está.

Lo que me comentó me dejó intranquilo ¿por qué irse así? Al final de cuentas si estaba aquí era para lograr su sueño de ser fotógrafa ¿tanto la había herido que decidió dejar todo?

-Alek, hay algo que no te dije porque creí que prácticamente sería imposible que sucediera- Alek me vio con extrañeza. Sí hermano una cosa más -Lucía es aquella chica de Chicago.

Toda una vida. (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora