Capítulo 69

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Noah.

Estoy muy molesto con mi madre por lo sucedido con Agnes.

Me parece increíble que en su afán de emparejarme con alguien a quien ella considera mejor haya hecho todo esto. No sólo puso en riesgo la vida de Agnes sino también la de Lucía y lo más increíble ¿por qué no puede entender que es a Lucía a quien amo? Ella es lo mejor que nos pudo haber pasado y es con ella quien quiero pasar el resto de mi vida.

Por ahora tomamos la decisión de alejar a mi madre de Agnes, no sabemos que más pueda ser capaz y con estos actos lo único que logró es perder la poca confianza que le teníamos y digo teníamos porque ya ni mi padre ni el abuelo la toleran cerca, Alek ni se diga, nunca fueron muy unidos.

Durante el juicio le brindaron su apoyo, pero sabe que de aquí en adelante ya no podrá contar con ellos. Me gustaría decir lo mismo, pero es mi madre y a pesar de todo la quiero, así que si llega a necesitarme ahí estaré, pero ya no formará parte de la vida de mi familia, me duele por ella ya que por su egoísmo perdió lo más valioso que es la confianza de sus seres queridos.

Ella ya hizo su vida y ahora me toca a mí y si está de acuerdo o no con mis decisiones ese es su problema, lo único que siempre pedí fue que las respetara.

Es mi felicidad y no la cambiaré por nada ni por nadie.

Lucía viajará a México con Agnes, ya que decidió dar a luz allá. Lo que ella decida tiene mi total apoyo. Donde se sienta más segura y tenga esa fortaleza que se necesita para este proceso, allá le seguiré.

Por ahora me quedo por temas del trabajo, trataré de dejar todo en orden antes de ausentarme y apoyar y disfrutar todo este proceso con Lucía, Agnes y el bebé, aún no sabemos el sexo, nos tiene en total suspenso su llegada, solo esperemos que nazca sano, ya lo demás será lo de menos.

Después de todo el ajetreo de los últimos días disfruto mis últimas horas con Lucía y Agnes antes de que partan y no las vea por unas semanas. Se me hará eterno el tiempo de volver a estar con ellas, pero estaremos en contacto por videollamada y mensajes, aunque no será lo mismo.

Cada día que pasa veo como Agnes y Lucía se vuelven cada día más unidas, cualquiera pensaría que eso no podría ser posible, pero lo es y soy testigo de ello.

-¿Por qué nos ves así?- pregunta Lucia mientras degusta su helado.

Agnes está sentada de lado en las piernas de Lucía y a pesar de que ya no cabe por la barriga de su mamá, le importa poco ya que tiene la mitad del trasero afuera y se aferra agarrada al brazo de Lucía, pero ahí están pegadas como muéganos.

-Porque son hermosas- respondo. Y vaya que lo son.

-Lo sabemos- alega Lucía -¿verdad Agnes?

-Sí- secunda nuestra hija haciendo ojitos.

-Presumidas- digo riendo

-¿Nos vas a extrañar?

-Todos los días preciosa, las veinticuatro horas del día- muevo mi silla hasta llegar a su lado, lamo un poco de helado que tiene en el labio inferior, doy un ligero mordisco y la beso.

-Mmmm vainilla- digo casi sin separarme de ella y vuelvo a unir mis labios con los suyos.

Deseo, necesito y amo tanto a esta mujer que apenas y puedo creer que haya vivido 36 años de mi vida sin ella, creo solo sobrevivía, cuando conocí a Lucía es que comencé a vivir.

Salgo de la ducha y Lucía se está mirando en el espejo. Solo lleva la ropa interior dejando ver su enorme barriga. Se gira de un lado y luego al otro, y otra vez al otro. Camino hasta ella y la abrazo por detrás con mis manos colándose en la barriga y sus ojos buscan los míos en el espejo.

Toda una vida. (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora