La sala de la inspiración es amplia pero está, como siempre, desordenada, mientras la criatura femenina da vueltas en el interior. Ya ha puesto sus canciones favoritas y las ha cantado a todo pulmón para intentar deshacerse del bloqueo creativo, pero simplemente no estaba funcionando.
La diosa revisa los pequeños artículos que muestran sus antiguas creaciones, sus marrones ojos enmarcados deteniéndose de pronto en el más reciente de sus proyectos. Podía notar toda la energía que provenía del mismo, no estaba desagradada con el resultado y había cumplido todas las reglas, eso nadie podría contradecirlo.
Cuando le encerraron en aquel plano blanco le dieron únicamente dos reglas. Tenía que intentar completar sus trabajos en unos períodos de tiempo estáticos y luego tendría que tener algún tinte romántico entre aquellos dos individuos que siempre debían ser sus protagonistas: Will Solace y Nico di Angelo.
Pero aun si su última helada obra cumplía con esas características ¿Por qué le molestaba tan así en la garganta?
De pronto recuerda y frunce el ceño, ¡Claro! Había una referencia que deseo poner entre las letras y sin embargo, como una estúpida, se la había ido como la arena escurriéndose entre los dedos.
La diosa de aquel espacio deja ir un suspiro lánguido en lo que su mente divaga en qué momento de la narrativa hubiera quedado bien. No suele mirar hacía atrás y maldecir, pero ¡Dioses! Esa frase había querido agregarla desde que empezó a escribir. Sus pensamientos diseñan poco a poco qué habría cambiado si es que hubiera puesto lo que tanto quiso y el nuevo giro de tuercas le revuelve el estómago ¡Lo necesita!
Y entonces lo recuerda, con una sonrisa emocionada dominando sus labios ¡Este es SU mundo! Cada piedra, cada regla, cada latir, cada entierro, las buenas y las malas decisiones, todo son partes de su patio de juegos. Los puede moldear, los puede destruir. Puede empezar otra vez.
En una pequeña libreta dibuja la flor de la que sale su inspiración, como una determinación para lo que escribirá, mientras su cabeza organiza las nuevas letras.
Ahí está su cambio en la historia; un pequeño "jacinto".
La nieve sigue cayendo sobre el cuerpo cada vez más helado del hijo de Hades, mientras el hijo del sol llora sobre su piel gélida ¿Un escenario que ya repasamos? La verdad es que sí, pero aquí volvemos a los fríos lamentos de un corazón roto.
— Quiero... Quiero verte sonreír. — Solace emite esas palabras otra vez, como si de un espejo se tratará. Mientras la hipotermia quiere devorarle una segunda vez, mientras el dolor y la culpa apuñalan su corazón, Solace solo puede rogar a los dioses por una segunda oportunidad.
Pero esta vez, finalmente alguien escucha sus palabras.
El dios de la salud y la enfermedad, el dios del sol, el dios que tantos amantes ha perdido por culpa de sus propios errores se ve reflejado en su propia criatura. En las lágrimas de su hijo, de su querido pequeño, puede ver un recordatorio lejano pero asesino de las risas que él y su adorado Jacinto soltaban mientras solo se divertían con un disco. Solo lo pasaban bien, solo se amaban. Y de un momento al otro, no le importa si fue su fallo o el viento envidioso, las cosas se habían roto. Su tiro fallo y su amado se le fue arrancado de entre los dedos, solo para que Thanatos se lo robará.
Y ahora las suplicas de Will le recuerdan cuanto agonizo el mismo. Solía ser una criatura narcisista pero, por una vez, el que todo lo analizará desde su propia piel es útil para alguien más.
Y es que Will en esos momentos solo puede rezar a los dioses, solo puede pedir porque alguno tome su voz, su salud, su calor y todos se las entregue a la persona a la que adora, a Nico di Angelo. Y Apolo que entiende esa desesperación y quiere salvar a su hijo del tortuoso dolor del duelo piensa quebrar sus ataduras.
La temperatura de los mortales de un segundo al otro se han truncado. Poco a poco se convierten en la situación del otro y ahora es el hijo de Apolo quién se convierte en un copo de nieve.
Nico de a poco va desentumeciendo su cuerpo y por el rabillo del ojo ve al dios que ha hecho esto. La ira le recorre pero en esos momentos solo puede recuperar la sensación de su organismo que quema, mientras desesperado busca a su luz, a su solecito.
— No... — Con la voz castañeante, el hijo de Hades sostiene a su amado, intentando frenar a la parca que oye susurrando en su nuca sin piedad alguna. Aún siendo el príncipe de los fantasmas, no quería que su sol se uniera a sus dominios. Quería ser un igual con él, no su gobernante. — ¡Will, no! ¡No te vayas!
Las lágrimas deciden que es momento de ahogar al pálido chico en vez de a su pareja, cuya vida es la que ahora se desvanece.
Nico siente como si su voz fuera totalmente inútil, Will, su amado sol, ya no le mira, su amado ya no está y solo puede abrazarse a su cuerpo cada vez más inerte, mientras llora.
Will ha muerto para salvarle, él le ha dejado ir. Y ahora, mientras se abraza a lo que quedó de él en este mundo, comienza a sentir calor, mucho calor por su organismo. La hipotermia surge efecto y termina desmayado abrazando el cuerpo del chico que fue el amor de su vida.
Alguien escucho los gritos desesperados del azabache, alguien llamó a la ambulancia y encontraron a dos jóvenes congelados. Uno llego al hospital y lograron salvarle, el otro murió entre la nieve sin poder agradecer a su rubio por todo lo que había hecho por él. Una vez más, se queda solo sin poder mantener a la fuente de su alegría.
¿Es un final triste? Claro, pero es la diosa quien ha decidido que esté cuento no tendrá un desenlace feliz y así cerraran las cosas, a fin de cuentas ella crea este mundo y todos sus caprichos son la ley de esta cárcel.
[F i n II]
¿Opiniones? :3
Ojalá les haya gustado y nos leemos a la otra :3
[1068 palabras]
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#Writer'sGayChallenge (SOLANGELO)
Random30 días de retos con el precioso ship que nos dio el tío Rick :3 Will Solace×Nico Di Angelo ----- Actualizó cada 10 días con un OS nuevo. Títulos genéricos xD La lista de días está en la primera entrada. Está historia fue hecha con toda mi devoción...