Sueños de caracol [Libros]

636 60 220
                                    

Basado en el cortometraje Schneckentraum / El sueño del caracol, del 2001.

Nico mira al rubio una vez más, antes de que, para evitar ser descubierto, enterrara sus ojos oscuros en la taza de café que esperaba por él en la mesita transparente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nico mira al rubio una vez más, antes de que, para evitar ser descubierto, enterrara sus ojos oscuros en la taza de café que esperaba por él en la mesita transparente. Sus mejillas estaban algo calientes, mientras trataba de disimular el hecho de que observaba al lindo chico que acababa de contemplar, unas mesas más allá, quien estaba disfrutando de un dulce chocolate caliente. 

El azabache podría sentirse todo lo que creepy que quisiera, pero eso no evitó que, cuando el rubio salió de la cafetería hacía un destino que di Angelo simplemente desconocía, este se levantara y, después de pagar a las prisas, se dedicara a seguirle.

... No estaba muy orgulloso de sus propias acciones. 

El rubio de la cara estrellada se dirigía a una pequeña librería no muy lejana donde trabajaba a tiempo parcial, para pagar el alquiler del departamento que usaba, mientras su madre cancelaba los gastos de la escuela de medicina.  Todo eso, claramente el azabache no lo sabía.

Nico se metió en la tienda, detrás de él, la campanilla en la puerta casi le da un infarto, pues está nervioso. Trata de disimular ser un comprador cualquiera, cuando lo cierto es que con los ojos estaba buscando al chico misterioso. 

Hasta que se le acercaron por detrás.

- ¿Necesitas ayuda? - Mierda. Era el chico de los ojos de cielo. La capacidad del azabache de poder hilar una oración se vio afectada por la mirada amable que el chico le ofrecía y, ya que tenía que concentrarse en seguir respirando, pudo apenas agarrar el primer libro que tenía a la mano.

- Este. Quiero llevar este. - solo esa frase le ha costado un mundo, pero se aferra a ella. 

El rubio toma el libro en sus manos y, aunque usualmente no juzga a los clientes, no puede evitar enarcar una ceja. El chico se veía bastante oscuro, como para el libro que muestra.

- ¿42 datos interesantes de los caracoles?

Nico traga saliva, una cierta vergüenza le recorre, debió mirar el libro antes de escoger.

- A-ah...- no, no es para mí,  es para...- desvía su mirada hacia la izquierda, buscando inspiración en su mentira - ¡Mi hermana, Bianca! Le encantan los caracoles y se viene su cumpleaños y...- y eso - se rasca la nuca, intentando en vano, disimular su expresión de nerviosismo.

A ver, que su hermana mayor si se llamaba Bianca. Y si, amaba los caracoles. Pero eso fue hacía quince años, cuando la chica tenía cinco años y el tres, y su madre los mandaba a jugar al jardin interior de su casa.

Ahora su hermana estaba muerta, y aunque siguiera viva, dudaba que su pasión fueran los caracoles.

El apuesto chico le mira, sin creerle demasiado pero no le conoce de nada como para replicar por lo que se encoge de hombros.

#Writer'sGayChallenge (SOLANGELO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora