#Writer'sGayChallenge (SOLANGELO)

Ventaja disidente [Sirenas]

Lo confieso, recuperé un OS viejo y le agregué detallitos. Lo lamento pero mi constancia está de vacaciones y las fechas de publicación me agarran desprevenida. Espero que de todas formas lo disfruten.

Nico un poco OoC, pero, en mi defensa, para variar Bianca está viva kasjsahj Así que la depresión que trajo su ida fue evitada so... uwu 

La primera vez que Nico realmente agradeció no ser un chico normal que se sintiera atraído por las chicas, como el resto de los compañeros de su clase, fue cuando escuchó de las sirenas y su corazón se llenó de pavor por estas criaturas, las cuales se mudaron a habitar en sus pesadillas más constantes.

No las de La Sirenita, por supuesto. Ni mucho menos a las de Pichi Pichi Pitch ¡Por los dioses! ¿A esas quién les tendría miedo?
No, él hablaba de esas hermosas y siniestras criaturas que aparecían más bien en los Piratas del Caribe 4 o en Simbad, el marino. Hechiceras malvadas que seducían hombres hasta la locura o hasta poder devorarlos, lo que ocurriera primero.
Por eso, cuando en cada representación indicaban que estás solo eran efectivas con los hombres pues solo ellos caían en sus redes, agradeció al cielo por ser gay. Y es que ya que siempre las pintaban como féminas, se aferró a la idea de que no podrían encantarlo.

Su miedo prosperó sobre todo, debido a que vivía a las orillas del agua, en un pueblo donde se contaban rumores. Su hermana mayor, quien se encargaba de la crianza de ambos desde la muerte de sus progenitores, como método de trabajo, rentaba botes para surcar sobre aquella hermosa cubierta indomable que por reflejó se lucía de azul verdoso. Y Nico amaba estar en ella, desde que era un bebe. Por eso, aún con su fobia, se escabullía de su casa en las noches en que despertaba antes de la hora de ir a la escuela para apreciar los últimos momentos de la luna desde un bote, en el centro del agua. Era una especie de amor-odio, pues el mar le daba lo que más amaba, mientras le imponía la proximidad a lo que más le aterraba. 

Sin embargo, nunca dejaba de internarse a la costa y allí, pensaba.

Recordaba las múltiples historias de mar que su hermana le contaba por las noches. Estas eran su fascinación, pues tenían su cabeza embriagada de sueños y criaturas al acecho de la noche.

Según Bianca, se habían avistado figuras extrañas cruzando el agua los últimos días ¿Sería alguna criatura? La adrenalina, la emoción y el miedo iniciaron una danza en su estomago, pero ¡Hey! Se recordó que su sexualidad era su protección ante las sirenas, las únicas que realmente le ponían los pelos de punta.

Aún así, su columna vertebral fue recorrida por escalofríos, en cuanto creyó ver el agua moverse de forma extraña a su alrededor. Un sudor frío le recorrió desde la nuca, pero al final no fue más que su imaginación al parecer, pues el fondo submarino dejó de moverse para cuando lo miró con más atención.

Su espalda se sintió cruzada por un escalofrío crudo al notar como sus ideas iban de mal en peor, creyendo que su escudo no sería suficiente.
Entonces recordó las palabras de su hermana, en la ocasión en que le comentó de sus miedos profundos. Le había dicho que había un modo de salvarse de las sirenas de esas aguas, pues al parecer eran más solitarias que las otras y querían compañía, además de que amaban la música. Por eso los pescadores en su pueblo siempre andaban con instrumentos antes de ir a trabajar. Podías ganarte sus corazones a base de canciones que les conmovieran, logrando que te dejaran marchar.