30 días de retos con el precioso ship que nos dio el tío Rick :3
Will Solace×Nico Di Angelo
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Actualizó cada 10 días con un OS nuevo.
Títulos genéricos xD
La lista de días está en la primera entrada.
Está historia fue hecha con toda mi devoción...
No saben hace cuánto quiero escribir algo basado en esta canción y no me animaba por como es, pero voy a probarlo. Agradezco cualquier retroalimentación.
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Hansel se enfrenta a la imponente casa de dulces y la boca se le hace agua. El chico observa cada acabado de chocolate y galletas sintiéndose maravillado por el esplendor asfixiante. Ni él ni su hermana han comido en días, por culpa de sus padres que les han engañado para morir de hambre y frío en el bosque. Está mansión azucarada le retuerce las tripas y le llama a perderse en ella, a pesar de cualquier advertencia.
La bruja es más amable que sus padres, el llenarse de dulces en una jaula quema menos que su estómago vacío.
Quiere más, no es suficiente.
Quiere más, no va a perder algo tan fascinante.
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Nico di Angelo pasa la clase completa mirando la nuca del rubio sentado delante de él, ¿Quién le dio el permiso de tener un cabello de apariencia tan suave? Quiere acariciar sus cabellos hasta quedarse dormido, solo porque seguro que perdido en ellos seguro que todos sus problemas se desvanecerían.
... No, bueno, su hermana y su madre seguirían muertas, su padre aún le habría abandonado, su historial romántico aun sería asqueroso, todos sus problemas seguirían ahí. Pero, ¡A la mierda! Él solo quiere que Will esté para él, así sentiría que su vida estaba completa.
Porque la oscuridad en su vida solo podía ser dispersada por una única persona, su único rayo de sol; su Will. Porque tenía que ser suyo. Después de tanto dolor que había pasado en su vida, claro que está luminosidad debía pertenecerle. Es más, ya le pertenece. No había espacio para otras descripciones. Esa sonrisa, las estrellas esparcidas sobre su nariz, los ojos del color del cielo, el sonido de su respiración, todo acerca de Will llena su pecho de luz, al punto en que ni siquiera la luna llena puede iluminarlo tanto como él.
