#Writer'sGayChallenge (SOLANGELO)

"Se busca" [Mascota. Especial de Navidad 2023]

Quiero pedir perdón de antemano por el missgender que va a cometer Nico durante este one-shot.

Also, me estoy por terminar The Sun and the Star (me lo auto regalé por navidad :D), así que mi amor por el solangelo anda en las nubes. Probablemente regrese más por aquí, pido perdón por mi desaparición :( 

Will es un chico TikTok. Mientras más lo pienso, más canon me parece.

Último aviso, este capítulo tendrá Lenguaje Inclusive en algunas secciones, ya que presenta un personaje no-binarie. No soy tan versada en el uso, así que pido perdón si hago algo mal.



Actualmente, a sus dieciocho años, Nico di Angelo tenía un sueño en esta vida. Solo uno.

Él había nacido alumbrado por la estrella de la desgracia absoluta. Era hijo único de sus padres y, aunque su madre pasaba tiempo con él, su padre era el director principal de una funeraria importante, por lo que casi nunca estaba en la casa y era una figura paterna ausente. Gracias a su madre, María di Angelo, esos días no fueron tan tristes. 

Pero luego ocurrió el accidente de auto que se la llevó de su vida delante de sus ojos.

Por ese entonces realmente no tuvo un modo de reaccionar, más que encerrarse dentro de sí mismo. Su sonrisa dulce y cálida se fue desapareciendo y su padre, que ahora era el único que podía cuidar de él, no sabía que hacer. Trabajaba en una funeraria, había pocas cosas más naturales para él que la gente muriendo, así que entre el trabajo que lo tenía sin tiempo y su propia percepción de lo que había pasado, no tenía idea de cómo se consolaba a un niño desesperado porque su mamá ya no regresaría a casa.

Así que le llevó al refugio de animales más cercano y le hizo adoptar una gatita, de pelaje oscuro, a la que Nico llamó Bianca. Lo que su padre buscaba era que con esa presencia cálida Nico pudiera sortear su proceso de duelo sin tantas complicaciones. Por el próximo año, la verdad es que no fue realmente una tragedia para el niño. Estaba bien, bueno, tanto como se podía. La felina era una compañera leal que le hacía sentir que no estaba tan solo.

Y luego, un día, la puerta de la casa se quedó abierta y Bianca se escapó.

Su padre le ayudó a crear y pegar carteles por todo el vecindario, pregonando hasta una recompensa por el regreso de la gatita.

Un Nico muy devastado se aferró a la mano de su padre y, con el corazón a punto de romperse, preguntó la duda amarga que se lo estaba comiendo desde dentro.

— Papá... ¿Alguna vez han encontrado a una mascota por este método?

Su padre quería, en serio deseaba, decirle que todo estaría bien, que para el día siguiente Bianca ya estaría de regreso en casa. Pero... él no estaba acostumbrado a decir mentiras y sabía muy bien que mentalizarse a que podría existir la pérdida era una gran ayuda para efectivamente empezar a lidiar con ella, por lo que se agachó para estar a la altura de su hijo y le puso la mano que no tenía entrelazada con la suya en el pelo.

— Mira, Neeky. No es muy probable. Así que, sé un chico bueno y ten esperanza, preparado para lo peor, ¿Si, campeón?

Y Nico, con los ojos llenos de lágrimas, asintió. Después de su madre, su corazón sabía que su padre tenía razón. Era más seguro.

Así que, en realidad nunca creyó que Bianca volvería, pero dentro de su corazón, en lo más hondo de su pecho se comenzó a germinar la pequeña chispa del anhelo por ser testigo de esa ilusión.

Tal vez para él no fue posible, pero ¿Cómo sería devolverle a alguien su mascota? El ansía de poder ser al menos testigo de esa luz en los ojos de alguien se volvió su combustible. Un motor creciendo en su corazón, con el que no podía luchar.