"No diré que es amor" [Solo se me ocurrió. Ni idea que tópico darle]

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Era un día especial en el campus de aquel internado mixto. La luz del sol bañaba los dormitorios aquel domingo que un grupo de estudiantes habían esperado. No por el partido de quemados que habían tenido programado para esa mañana desde hacía un mes. Ni por la comida que darían en la cafetería. No. Era por un plan en ordenes de prensa rosa. Se habían preparado sin descanso, con el objetivo de que aquella ocasión fuera perfecta. 

 - Escúchenme, soldados - mientras el elfo latino comenzaba con su discurso, los ojos de sus amigos involucrados estaban fijos en él. Annabeth internamente se preguntaba porque Leo había sido nombrado como el líder de la operación "501411g310" - ¡Nos hemos preparado para esto! Nuestras tardes de ensayo no serán en vano. Hoy marcaremos historia ¡Hoy uniremos corazones! - si Percy fuera un cachorro su cola se estaría agitando de un lado a otro. Estaba enfermantemente emocionado.

- Solo como último repaso ¿todos tienen sus personajes? - los ojos azules de Jason miraron a todos. El chico, usualmente serio, sacaba una faceta bastante distinta una vez que se trataba del futuro amoroso de di Angelo.

- Esto es, en realidad, innecesario - Bufó Reyna - no vamos a decir nuestros nombres.

- El detalle lo hace sentir más profesional~ - Percy pasó el brazo sobre los hombros de Annabeth, con su deslumbrante sonrisa. A veces la rubia no podía evitar preguntarse como ese idiota podía ser su novio - ¿no es así, listilla? - hasta que lo volvía a mirar y su corazón latía nuevamente, emocionado por su estupidez enternecedora.

- Así que pasaré lista - Leo carraspeó, recuperando la batuta - ¿Calíope? - Piper alzó la mano - ¿Clío? - Annabeth dijo "presente" - ¿Erato? - Hazel fue la que alzó su mano - ¿Euterpe? - Austin, el hermano de su víctima, hizo acto de presencia. Tenía el enorme parlante conectado ya a su teléfono, listo para proceder - ¿Melpómene? - Reyna asintió positivamente - ¿Polimnia? - Jason levantó su mano - ¿Terpsícore? - Frank dijo "Aquí" - ¿Talía? - Percy exclamó un alarido emocionado - y por último yo, Urania. - el chico sonrió con diversión, mientras tamboreaba un ritmo errático en sus piernas- De nuevo, gracias a todos por estar puntuales en el ensayo general. 

- ¡Euterpe! - Percy le habló al hermano de Will. Éste volteó - Recuerda que el audio debe estar en nuestra entrada - el chico asintió, sonriendo con diversión. Ya quería ver la cara del pecoso.

Con todo ya planeado y listo. El equipo comenzó su camino a través de los dormitorios, para enfrentar al  chico de dorados cabellos. 
Se le acercaron y llamaron a la puerta.

 - ¡Ya voy! 

Unos instantes más tarde un Will con al ropa desordenada, obviamente por haberse vestido a la rápida. Su apariencia somnolienta dejaba entrever que acababa de despertar. 

- ¿Chicos? ¿Qué hacen aquí? - No sabía si era más extraño el hecho de que fueran a verle esos nueve en tropel, el parlante gigante con el que iban o la expectación con la que le miraban, pero algo definitivamente estaba fuera de lugar.

Leo, en su rol de líder de la operación, carraspeó. 

- ¡Will Solace, confiesa! - mientras la autora sufría un deja-vú bélico por la frase, el elfo latino movía sus manos en un gesto dramático - ¿¡Estás enamorado de Nico di Angelo?!

El plan era simple y estaba casi realizado. El rubio  solo tendría que negar sus sentimientos y Austin le daría play a la música. Entonces empezarían a cantar "No diré que es amor" de la película de Hércules -que, vamos a ser francos, por mucho que la trama sea más inexactas que las adaptaciones de Percy Jackson a la pantalla grande, las canciones son super buenas-. Habían chequeado casualmente que el rubio se supiera la letra, antes de comenzar a practicar. Y sabían, con lo simpático que era Will, que les seguiría la corriente, cuando notará sus intenciones.

Todo estaba preparado. Faltaba solo la negación del rubio para comenzar y todo saldría bie...-

- Ah ¿Nico? Si, ¿por?

El de rostro estrellado se encogió de hombros sin pizca de vergüenza en lo que decía. Los nueve rostros se quedaron perplejos ¡Mierda! ¡Su plan se había ido al carajo en dos segundos!

- ¿Pasa algo? - el rubio resfrego uno de sus ojos, por el sueño y los miró, confundido por sus expresiones.

- ¡T-te apuesto lo que quieras a que no te atreverías a decirle! - Leo, casi desesperado porque todo el esfuerzo del grupo no se fuera a la mierda, soltó la primera línea que pudo pensar, como plan B. Si Will se negaba a hablar entonces podrían empezar de nuevo.

Sin embargo, el rubio que no tenía ni idea de sus intenciones, simplemente se encogió de hombros y metió la cabeza dentro de su dormitorio. 

- ¡Nico! - los nueve se sorprendieron ¿¡Él estaba ahí?! - ¡Ven un minuto!

Un gruñido apagado se oyó desde dentro. Will les sonrió levemente, con algo de incomodidad.

 - Un segundo.

El chico volvió a entrar. Los demás apenas podían moverse por la curiosidad y el shock. Voces un poco amortiguadas que venían desde dentro les contaban leves fragmentos de lo que ocurría en el interior del cuarto.

- Sombritas, sal un minuto. 

- No quiero. Aquí estoy cómodo. Mejor vuelve aquí y durmamos. Sin ti, me da frío. 

- Aww, vamos. Solo un momento. Te lo compensaré.

Hubo un leve silencio por instantes. 

- Vale, pero ayúdame a encontrar mi ropa.

¿¡Qué mierda?! Tuvieron que agarrar a Jason y Hazel, pues ambos al oír eso desearon echar la puerta abajo (aún si estaba abierta) para ver qué ocurría dentro entre esos dos. 

- Agh...- ¿dónde mierda tiraste mi polera? 

- Ya. Hay gente esperando afuera. Pónte esto. 

- ¡Me queda nadando! 

- Tu culpa por no comer lo suficiente. En serio, voy a supervisar tu alimentación.

- ¡Agh-! 

Unos momentos después, al fín Will y Nico salieron. El azabache tenía su pelo completamente desordenado y una polera que le quedaba grande, probablemente porque era del rubio. La prenda extensa dejaba a la vista las zonas de la clavícula y el cuello del de pálida tez, ambas se veían enrojecidas por algo que los nueve pares de ojos pudieron reconocer como ¿¡chupones?! 
En su antebrazo había una especie de vendaje, pero todos sabían como se lo había hecho, así que no le dieron gran importancia.

Nico, con actitud somnolienta, los miró a todos. 

- ¿Qué hacen aquí...? 

El rubio le miró con determinación y le dijo con claridad. 

- Nico, te amo. 

El otro se sonrojó levemente. Realmente no esperaba eso. Pero luego solo parpadeó.

- ¿para eso me levanté? Ya me lo habías dicho.

Will sonrió.

- Ganaba una apuesta -el chico sonrió a Leo con cierta supremacía -  ¿dijiste "lo que quiera"? - los nueve chicos, cuyos planes habían sido frustrados, se miraron entre sí. Ya sin saber lo que pasaba, pero temiendo por sus dignidades y/o billeteras. Will les sonrió con cierta sorna- Cobraré mi premio luego. Ahora si me disculpan, necesito ir a seguir pasando el rato con mi novio. 

Nico agitó la mano antes de entrar. El rubio le siguió cerrando la puerta en sus caras . 

Y así... el rubio si dijo que era amor y arruinó los sueños de Leo de iniciar un musical "espontáneo". 

Fin.

[1241 palabras]

#Writer'sGayChallenge (SOLANGELO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora