—¿Qué hay de nuevo idiotas? —Alba se sentó en la mesa del bar entregando las tres cervezas.
—Vaya, no las lanzaste al soldado apuesto —Hailey tomó un sorbo de su cerveza y se recostó en el respaldo del asiento.
Alba la miró mal y la ignoró. Ya era bastante la vergüenza que sentía frente a él cuando le aplicaba el chequeo médico. Tomó un largo trago de su cerveza. Alba había decidido salir con Lina y Hailey, ya no pasaban tanto tiempo juntas como lo hacían en la universidad.
—Woo —Lina le bajó el vaso a Alba y la miró son ojos cautelosos—. Todas sabemos la poca tolerancia que tienes al alcohol, Alba. Hasta con la cerveza te pones mal.
Hailey asintió.
—Lina tiene razón, Alba. Tómalo con calma.
Alba frunció los labios y las miró con enojo.
—Ustedes no trabajan en un maldito campo de entrenamiento —se defendió—. Si quiero beber y ponerme ebria, lo voy a hacer.
Lina y Hailey intercambiaron miradas preocupadas. Sabían que Alba nunca se había emborrachado en serio y que no tenía tanta tolerancia al alcohol. Normalmente ella solo bebía un tarro de cerveza. Y antes de que ambas se dieran cuenta, Alba ya llevaba la quinta vacía. Los tarros eran enormes, haciendo que Hailey y Lina se les dificultara creer que Alba pudiera beber tanta cantidad de alcohol.
Ella sentía como el bar daba vueltas y comenzó a soltar risitas cada vez que Lina o Hailey decían algo, que en realidad, no tenía nada de gracia. Caminó hacia la barra y gritó el nombre de Jim repetidas veces.
—¡Jim! ¡Jim! —dijo Lina alado de Alba. Jim, al escuchar el grito de Lina, vino de inmediato hacia ellas—. Prométeme que no le darás nada a Alba.
Jim giró la mirada hacia ella. Alba miraba con confusión hacia su amiga. Después vio que Hailey aparecía y se sentaba hacia el otro lado de ella apoyando su brazo en la espalda, cuidando que no se cayera de espaldas. La estaban tratando como un bebé.
Aunque se estaba comportando como una.
—Está ebria, Lina —comentó Jim después de darle una mirada hacia su amiga.
—Eso ya lo sé —dijo rodando los ojos—. Si le das algo de beber, te juro que no salgo contigo.
Jim abrió los ojos llenos de sorpresa y asintió energéticamente.
—La barra está cerrada para ti, Alba —se giró a verla.
—¿Qué? ¿Por qué? —dijo con tristeza y comenzó a hacer pucheros. Estaba mareada y lo único que quería era poder dormir—. Mierda, trabajo mañana.
Sin decir nada, Alba comenzó a reír de su propio chiste. Dio golpes con las palmas en la mesa y Jim se alejó totalmente horrorizado. Estaba claro que no estaba acostumbrado a verla así. Nadie lo estaba y aquello hizo que Alba riera aún más. En el fondo, la pequeña parte que todavía seguía sobria, sabía que estaba haciendo el ridículo.
—Oh, joder —se tomó la cabeza entre las manos—, suerte que Justin no está aquí ahora, ¿se imaginan que me vea así? —soltó una risita y observó que Jim, Hailey y Lina intercambiaban miradas confundidas.
—¿Quién diablos es Justin? —preguntó Jim—. Demonios, está mas ebria de lo que pensaba. No estoy preparado para esto, sólo sirvo las bebidas. No estoy cualificado para ser niñera de borrachas.
—Pero Jim... —comenzó a suplicar Hailey.
—Ni hablar. Menos de Alba, es tan terca que nadie puede con ella.
—¡Eso es cierto! —repuso ella una vez mas mientras otro ataque de risa la dominaba.
Alba se desplomó en la barra viendo hacia Lina que la miraba con el ceño fruncido. Oh, mierda, estaba molesta. ¿Pero por qué? ¿Es que acaso ellas nunca habían terminado ebrias, que ella las tuvo que cuidar durante toda la noche mientras estaban en la universidad? Ahora les tocaba devolver el favor. Alba siempre esperaba a que ambas quedaran dormidas para poder descansar bien. O también cuando vomitaban y Alba se aguantaba de hacer lo mismo cuando les tomaba el cabello para que no se manchara. Era una buena amiga, Hailey y Lina tenían que hacer lo mismo por ella.
—Tenemos que llevarla a casa —escuchó la voz lejana de Hailey. ¿Se había quedado medio dormida en la barra?
—¿Bromeas? Su madre la matará si la ve así —atacó Lina.
—Su madre no está despierta a esta hora.
—Te hecho la culpa si lo está, Hailey.
Sintió dos brazos debajo de sus hombros y de cómo la arrastraban fuera del bar.
■■■
No supo cuanto tiempo había pasado, pero Alba sintió de pronto algo blando debajo de ella. Estaba tan cansada que no quiso ni abrir los párpados.
—Te lo dije, su madre no estaba despierta —dijo alguien, ¿Lina? ¿Hailey? No le importaba. Ella solamente quería dormir.
—No quiero imaginar el dolor de cabeza que sentirá por la mañana —se burló una y comenzaron a reír.
—Dulces sueños, Alba.
—Adiós Alba. Deja de pensar en Justin —ambas rieron.
Antes de dormir, Alba recordó aquellos ojos mieles y se sintió ansiosa al saber que mañana lo vería en consulta.

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Soldier [j.b.]
Fanfiction«Tu deber estaba aquí conmigo. No debiste volver. ¿Acaso no fui suficiente para ti?» Después de que Justin decidiera romper su promesa de no volver a sus servicios, Alba decidió dejar de esperar. Suficiente era con esperarle por 6 meses o hasta m...