Capítulo 18

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4 pm.

Se puso sus pantalones obscuros, una blusa de manga larga blanca y su abrigo color negro. Desde su habitación, ____ podía oler la comida que su madre preparaba desde la cocina. Sobó su estómago vacío mientras se ponía sus militares negras. Los nervios no eran tan intensos como esperaba y eso le gustaba. Le agradaba la sensación de comodidad y confianza que sentía cada vez que Justin estaba con ella. Bajó las escaleras y entró en la cocina, saludando a su madre.

—Puedo cocinar mamá, ya lo sabes —comentó porque sabía como su madre llegaba cansada del trabajo.

—Ya lo sé, _____ —sonrió—. Me gusta cocinar para ti y para Riley —le dio un vistazo a por encima del hombro—. ¿Volverás a salir?

____ caminó y se puso a un lado enfrente de la estufa.

—Iré a Santa Mónica... con Justin.

—Entiendo —medio sonrió cómplice—. Es tu... ¿novio?

—¡No! —soltó de inmediato—. Somos... amigos. Mejor me voy yendo el camino es largo. Adiós te quiero.

—Cuídate y regresa temprano.

Le dio un beso en la mejilla y salió de su casa. Caminó hasta la parada del autobús con la boca metida en su abrigo, _____ odiaba ser tan friolenta.

Esperó sentada en el autobús viendo durante todo el camino por la ventana. Santa Mónica estaba hasta el otro lado de donde ella vivía y su mala suerte era el tráfico que por primera vez enfrentaba. Se abstuvo de gruñir. No había maldita calefacción en el autobús y el frío se hacía cada vez más intenso en su cuerpo.

No se quería ni imaginar como sería en Santa Mónica. ¿Cómo se le pudo ocurrir ir a una feria?

Su trasero estaba entumecido por estar sentada más de 45 minutos en su asiento. Iba a llegar tarde, lo sabía. Verificó su bolso. Tenía su celular, suficiente dinero para regresar a su hogar y tal vez para comprar dulces en la feria. Le extasiaba poder volver a la feria, hace mucho tiempo que ____ no venía a estos rumbos de Los Ángeles.

5:20.

Se bajó del autobús con rapidez al momento de que éste frenara completamente. Casi corría a la entrada del muelle con la pequeña feria encima, lo hubiera hecho si sus piernas no se sintieran heladas y entumecidas. El frío era tan intenso.

El sonido de las olas chocando contra las rocas, relajaron de alguna forma sus nervios mientras veía hacia todos lados, intentando encontrar a Justin. Tal vez se había retrasado como ella. Tal vez él tomaba un autobús diferente al que ella había tomado. Le pareció extraño no verlo subirse al autobús.

Tenía que hacer pis y tenía frío. _____ caminó hasta el baño de la esquina y entró. Se maldijo por no tener el número celular de Justin —aunque ella no estuviera segura que tuviera uno— para mandarle un mensaje o siquiera llamarlo.

Volvió a salir al exterior y su estómago rugió. No había comido. El puesto de hot dogs la llamaba a gritos en la entrada. No dudó en sacar un billete de cinco y entregárselo al hombre. Dio la primera mordida, cerró los ojos, disfrutando del sabor.

Eran las 6 cuando decidió sentarse en un banco fuera del muelle.

______ miraba nerviosa hacia la calle. Se iba a defraudar mucho si se le olvidaba y la dejaba plantada. Sus huesos calaban por el frío mientras esperaba como estúpida a que Justin se dignara a aparecer. Si comenzaba a tiritar por los dientes, no iba a parar de hacerlo.

Entró de nuevo hacia la pequeña feria solamente para tirar su botella de agua, la arrojó con enojo dentro, se colgó con la barbilla en alto su bolso y comenzó a caminar hacia la salida del muelle de nuevo.

Soldier [j.b.] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora