Capítulo 17.

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El interior estaba todo ordenado, los sillones de la sala eran de piel clara, había una televisión encima de un mueble, el comedor era separado por una pared y la mesa era de cristal, sólo habían cuatro sillas alrededor. La cocina era un poco más espaciosa de madera clara y a _______ le sorprendió lo limpia que estaba, no se comparaba con la de su propio hogar.

—Mi madre no está en casa —dijo con alivio Justin alado de ella—. Estoy seguro que quieres sentarte, vamos.

Regresaron hasta la sala y ambos tomaron asiento. _____ aprovechó para mirar unos cuadros de la pequeña mesa que estaba a su lado. Sonrió al instante al ver a Justin de bebé, su madre lo abrazaba por detrás con una sonrisa en su rostro, se veía radiante.

—No veas eso —Justin le dijo a su lado con diversión—. Es vergonzoso.

______ se acomodó mejor en su lugar.

—Eso es porque no has visto mis fotos de bebé.

Era cierto, su madre siempre solía sacar los álbumes de cuando era una bebé. Hailey siempre se burlaba de las fotos junto con Lina. A _____ se le cayeron los dientes en sucesión y la mayor parte de su niñez, en las fotos, salían los agujeros en su boca. ______ odiaba ver esas fotos.

—De seguro eras linda —dijo él con total naturalidad y _____ carraspeó en su lugar incómoda. No quería que la viera sonrojada.

—Me gusta tu casa —dijo en un intento de concentrar la conversación en algo que no fuera en ella.

—Es mejor porque sólo somos mamá y yo —Justin se dejó caer en el respaldo del sillón—. Mi padre se fue cuando cumplí los 23. A mi madre le afectó mucho.

El recuerdo de por su culpa, él comenzó a hacer lo que hizo, lo embargó.

______ se quedó callada porque no sabía que decir. A diferencia de la madre de Justin, su madre, Sandra, se sintió aliviada cuando su padre se separó de ella y aunque nunca se lo haya dicho _____ lo notó al instante. Antes, su madre se la pasaba de mal humor y era siempre porque su padre llegaba a casa del trabajo. Le parecía extraño que a _____ le hubiera afectado más la separación que a su madre, nunca llegó a imaginarse que ellos pudieran terminar.

—Sé como se siente —le dijo ella comprensiva—. Sentí lo mismo cuando mis padres se separaron. Fue en la época de la facultad. Mi madre se había quedado sin dinero y por poco casi dejo los estudios para ayudarla. Sobretodo con Riley, que seguía esperando a que papá llegara algún día —sinceró casi con la voz rota.

Sintió una pequeña mejora cuando la mano de Justin se puso encima de la suya. Era extraño admitir que con sólo ese pequeño toque, las emociones que se acoplaron en ella comenzaron a calmarse.

Tal vez era porque Justin había pasado una situación bastante familiar. Nadie nunca pudo entender el vacío que ella llevaba sintiendo desde que su padre se separó de su madre.

—Lo siento —dijo ella y trató de reír, sin embargo, el sonido sonó vacío—. No suelo hablar de esto con nadie.

La sonrisa que Justin mostró la calmó aún más.

—Está bien —le dio un leve apretón—. Yo tampoco.

—Entonces —carraspeó—, ¿dónde está tu madre?

—Trabajando, seguramente.

Y se quedaron en silencio. Las plantas de los píes de ____ dejaron de dolerle después de unos minutos. En el lugar solamente se escuchaba el sonido del refrigerador que provenía de la cocina. _____ se estaba incomodando y después miró el reloj de su muñeca. Riley debería de estarla esperando, se sintió culpable por olvidarse completamente de él. Se levantó, quitando su mano con la de Justin y él la miró un tanto extrañado.

—Debo irme —se apresuró a decir—. Mi hermano me debe estar esperando.

Justin alzó las cejas.

—¿Estás usando la misma excusa de Xavier conmigo?

______ se aguantó las ganas de darle un puñetazo.

—No sabes lo que estás diciendo —repuso—. Mi madre llega tarde y no quiero dejar a Riley solo.

—Tú no sabes aguantar una broma —con aspecto cansado se levantó del sillón.

_______ supo por la forma que la acompañaba afuera, él querría acompañarla hasta su hogar, pero de ninguna manera lo permitiría. Estaba viendo directamente los ojos de Justin y aunque no lo pareciera, se veían cansados al igual que su postura encorvada levemente con cada paso que daba.

—No, no —______ puso una mano en su pecho, haciendo que él frenara en seco por el camino de su casa—. Yo puedo caminar sola hasta mi casa.

—Está lejos —frunció el ceño e intento pasarla de lado, pero ella volvió a ponerse enfrente de él.

—Tú has dicho la vez pasada que no está lejos. Son seis cuadras, mínimo.

—Pero yo quiero acompañarte —insistió.

Eso hizo que _____ le sonriera y lo mirara con ojos dulces. Mierda, pensó.

—Lo sé, pero sé que estás cansado y hace mucho frío.

Justin arqueó una ceja, ella sabía cómo el frío no le afectaba ni un poco. _____ siguió con sus ojos fijos en él, pidiendo que la obedeciera. Se rindió e hizo una mueca de disgusto.

—Bien.

—Mañana es mi día libre —comenzó a proponer—. ¿Qué tal si a eso de las cinco de la tarde nos vemos en Santa Mónica? —se mordió el labio, se sentía apenada porque nunca había invitado a un hombre a salir.

—¿Santa Mónica? Eso está hasta el otro lado.

Los ánimos de ____ cayeron y su rostro lo reflejó.

—¿No quieres ir?

—Claro que quiero ir —apresuró a confirmar.

—Bien —sonrió satisfecha—, porque me gusta la feria que hay ahí. Así que, nos vemos mañana a las cinco en la entrada del lugar, ¿de acuerdo?

Justin asintió y volvió a acercarse a ella, dejándola con la misma sensación de conformidad y satisfacción al momento de sentir los labios de Justin presionar en la comisura de sus labios. Trató de no llevarse los dedos ahí, se vería como una completa idiota si lo hiciera.

_______ se despidió con la mano, le agradeció su pequeña estancia ahí y comenzó a caminar por la banqueta con sus manos metidas en su abrigo. No fue hasta que ella desapareció de su vista cuando Justin entró a su casa, encerrándose en su cuarto después y cerrar los ojos. Quería acompañarla a su casa, pero tenía razón cuando _____ dijo que estaba cansado. Se había despertado más temprano de normal y sus párpados pesaban. Disfrutó al sentir como sus músculos se relajaban y caía en un profundo sueño.

______ caminaba rápido por la banqueta, casi llegaba a su hogar y seguramente Riley le preguntaría en dónde había estado. Hacía mucho frío y se abrigó completamente con su abrigo hasta llegar a su casa.

Riley estaba sentado en la sala comiendo parte de la lasaña de hace dos días y ni siquiera se dio cuenta que ella había llegado. Se preguntó si se había movido durante todo el día del sillón. No le hizo caso al saludo que le dijo, suspiró y mejor subió hasta su habitación.

Soldier [j.b.] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora