Era el peor día.
______ esta vez no mentía cuando decía que se sentía enferma, le dolía la cabeza y la garganta. Ya era de esperarse, pensó. En invierno, ______ se enfermaba de la gripa, siempre. Por mucho que deseara quedarse en cama, ella se levantó. Hoy no tenía día libre, desanimándola al momento de salir de su cama con pereza. Sus articulaciones también dolían, su frente ardía y tenía la garganta seca.
Se cambió a unas mallas negras, una blusa de manga larga blanca, sus inconfundibles zapatos negros bajos y su abrigo color negro también. Su cuerpo temblaba involuntariamente, no podía pararlo. Se puso una bufanda blanca y un gorro negro. Tal vez estaba exagerando, pero no quería estar más enferma para cuando llegara a las prácticas. El frío era fatal y de nuevo quería faltar. Pero no podía. No debía.
Bajó las escaleras. Sus rodillas también dolían y puso una mueca de dolor al caminar hacia la cocina. Aunque se sintiera pésimo, _____ sonrió por lo de ayer. Se habían quedado parados, en silencio, mucho tiempo.
Y la había besado de nuevo.
Tomó una caja de pastillas del la repisa de hasta arriba. A _____ le dolió todo el cuerpo cuando se estiró para tomarlas. Se tomó una después de desayunar su cereal y guardó el resto de la caja en su bolso. Esperaba que con una fuera suficiente, pero en realidad no lo creía. Nunca pasaba por mucho que lo deseara. Lo único que quería era verlo de nuevo, no sabía que eran, no sabía por qué permitía que la besara. Él le gustaba mucho.
Quería regresar a su hogar para cuando salió hacia la parada de autobús, el frío le caló todo el cuerpo. Agradeció el gorro y la bufanda. Ya no le pareció tan exagerado.
Relajó la tensión de sus hombros al sentarse hasta el fondo del transporte. Cerró los ojos durante todo el trayecto, haciéndolo más corto de lo normal. No quería bajarse y caminar por todo el camino de tierra, contra el aire helado que le raspaba las mejillas. Subió su bufanda para cubrir su boca, caminó encogida, abrigándose lo mayor posible todo su cuerpo hasta llegar a la entrada del lugar en dónde hacía sus prácticas. Entró con alivio en el pequeño recinto, saludó a Mel con una sonrisa casi forzada y entró en su despacho.
No se molestó en quitarse todo lo que tenía encima, sólo se dejó caer en la silla. Tenía sueño y quería dormir. Ni siquiera sabía por qué vino, hoy no tenía consultas con ningún grupo, ahora podría estar durmiendo y tratando este resfrío en su hogar.
Ordenó todas las fichas en el archivero. Hacia movimientos con sus dedos, provocando a las articulaciones. Le dolían. Tenía fiebre y seguramente fue la madre de Justin, Cara, quien la había contagiado. Se había enfermado, pero nunca se había sentido tan débil como ahora, ni con tantas ganas de descansar.
Las horas pasaban y _____ se sentía cada vez peor. Lo supo porque ni siquiera protestó cuando Xavier se volvió a presentar en su oficina.
—¿Estás bien? —sus ojos azules escrutaron todo su rostro, que seguramente estaba pálido.
—Si, sólo es el frío —se levantó, evitando hacer contacto con él—. ¿A qué venías?
Había algo diferente en Xavier. Tal vez era por la forma en la que sus ojos ya no la veían de aquella forma que siempre lograba incomodarla. Si no... amigable.
—A decirte que si ya íbamos a comer. A la cafetería, me refiero —dijo, explicándose mejor.
Se sentía tan cansada que no pudo decirle que no al instante, como siempre lo hacía.
—De acuerdo. Vamos.
Salieron juntos del lugar y _____ se arrepintió de haberlo hecho. El frío la hizo sentir aún más débil. ¿Qué estaba pasando? Eso no era un resfrío normal, nunca se había sentido de esta forma. Sus piernas le dolían al igual que todo su cuerpo. Se aferró a Xavier, no porque quisiera, sino porque no creía poder caminar sin apoyo. Sentía tantas nauseas.
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Soldier [j.b.]
Fanfiction«Tu deber estaba aquí conmigo. No debiste volver. ¿Acaso no fui suficiente para ti?» Después de que Justin decidiera romper su promesa de no volver a sus servicios, _____ decidió dejar de esperar. Suficiente era con esperarle por 6 meses o hasta...