Capítulo 21.

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—¡Yo lo lavo! —le protestó casi molesta a Justin—. Es mi casa, dame al plato. Ahora.

A regañadientes y con una mueca de molestia, Justin le pasó su plato.

—¿En serio te permiten salir del campo? —ahora que estaban solos, ______ curioseó aún más—. ¿No tienes que dormir ahí, como los demás?

No se quiso girar mientras lavaba los platos. No quería ver la expresión de Justin, que era siempre la misma: mandíbula apretada y mirada perdida. Quería que Justin confiara en ella y que le dijera todo por sí sólo. Pero sabía que no podía ser así, porque Justin no tenía ninguna intención de decírselo a no ser que ella le preguntara.

Casi preocupada, _____ se giró después de lavar el plato. Trató de mirarlo segura y no apartar la mirada de sus ojos. Se secó sus manos en los pantalones de su pijama y esperó.

—Xavier me lo debe —volvió a repetir lo mismo de siempre.

No quería explotar con preguntas delante de él, pero estaba a punto y se desagradaba a sí misma por insistir tanto.

—¿Y eso qué significa? —su pregunta salió mas brusca de lo que esperaba al igual que molesta—. ¿Acaso Xavier es tu dueño o qué? —siguió insistiendo y sus manos se movían en el aire, casi con aspecto desesperado.

La miró a los ojos y por primera vez pudo ver la furia detrás de ellos. Se preguntó si no se había pasado. Tal vez, pero todo este duelo entre Justin y Xavier la llegaba a molestar tanto, que no veía otra salida que saber todo.

—No —respondió bruscamente—. Sólo te digo lo que necesitas saber.

_____ soltó una risa casi falsa.

—Pues no me estás diciendo nada —acotó con desesperación en su tono.

El silencio reinó en la cocina. Le gustó que Justin al no poder resistir su mirada de insistencia y casi con súplica, giró sus ojos miel hacia otro punto que no fuera ella. Tal vez estaba sintiendo lo que ella cada vez que Justin la miraba.

—¿Es tu hermano? —preguntó con voz serena después de minutos en silencio. Era lo más estúpido que se le pudo ocurrir, pero debía ir con calma.

Esta vez fue Justin quien rió y ____ no pudo saber si se estaba burlando de su pregunta o de la poca inteligencia que ella mostró.

—No me maldigas de esa manera _____.

—Lo haces de nuevo —lo acusó, esta vez realmente molesta—. ¿Qué es lo que Xavier te hizo, Justin?

—Él no es una persona para nada buena, _____ —dijo y su pecho se infló—. No me preguntes ya, por favor.

—Nadie puede ser tan malo —repuso ella, aún insistiendo y se acercó a su lado, rodeando la barra del centro.

Tal vez ese era el problema de _____, pensaba Justin. Ella siempre veía el lado bueno a cualquier persona que ni siquiera conocía. Xavier y hasta a él mismo. ¿Cómo reaccionaría si supiera lo de Xavier?

La indiferencia en el rostro de Justin la llegó a decepcionar y después a enojar. No quería levantar la voz, Riley estaba en la habitación continua.

—¿Cuál es tu problema? —la voz tosca de Justin la llegó a desconcertar un momento—. ¿Por qué siempre ves lo mejor de cualquier persona, aún cuando no las conoces?

Se quedó callada para pensar. No había una clara respuesta.

—Yo no tengo ningún problema —le respondió con la misma dureza—. Tú tienes un problema —dijo. Prosiguió al ver la confusión y el enfado en Justin—: No dejas entrar a las personas y para lo único que sirves es en ver lo malo en ellas.

Soldier [j.b.] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora