Soldier [j.b.]

Capítulo 26.

A medida que pasaban los días, Alba se había dado cuenta que pasaron dos semanas desde su última charla con Justin. Era Diciembre, lo cual significaba que el frío comenzaba a ser más intenso en las calles, en su hogar, en el campo militar, en todos lados. Se bajó del autobús y se acomodó mejor el gorro de su cabeza. El frío era intenso mientras caminaba hacia la entrada del bar, con cada exhalación, el vapor salía de sus labios.

Cuando estuvo dentro del bar, Alba retiró su gorro y acomodó su cabello. Con la mirada, buscó a Hailey y a Lina. Refunfuñó al no verlas sentadas o en la barra, siempre llegaban tarde.

Caminó frotando sus palmas hasta la barra. El bar estaba tranquilo, no había tanta gente como Alba estaba acostumbrada a verlo cada vez que venía. Jim estaba en su teléfono, la pantalla le brillaba en su rostro y se veía concentrado a lo que fuera. Tenía el ceño fruncido y no se había dado cuenta de que Alba estaba enfrente de suyo.

—Jim —ella lo llamó. Su amigo levantó la mirada del teléfono y le sonrió—. ¿No han llegado Hailey y Lina?

Jim negó con la cabeza.

—¿Quieres algo de tomar? Y no me digas que agua, llevas pidiendo lo mismo durante estas semanas. La cerveza es mejor —le guiñó un ojo.

El comentario la hizo reír.

—Agua —Jim la miró serio—. Sírvela.

—¿Alba? —Nina se colocó a su lado—. ¿Qué tal?

—Hola Nina —saludó con un movimiento de cabeza.

La hermana de Jim miró hacia el lugar y después frunció el ceño mientras la miraba.

—¿Tu novio no vino o qué?

—Yo no tengo novio —repuso y tomó agua.

Nina la miró con los ojos entrecerrados. Se fue para atender otra mesa, dejándola sola con Jim.

—Es Justin, ¿no? —le preguntó Jim después de ver que ella no iba a iniciar la conversación.

Un gruñido casi escapa de la garganta de Alba.

—Eres igual de entrometido que tu hermana.

Jim rió.

—¿Es o no?

Alba suspiró. Desde que venía a este bar en la universidad, Alba había sentido confianza con Jim casi al instante. Le contaba todo y él también. Jim se había convertido en su mejor amigo durante estos años y Alba sabía que él también la consideraba como su mejor amiga.

—Si, Jim, es él —comentó dándose por vencida. No podía ocultarle nada.

Jim no era como Hailey o Lina. Sus amigas también la apoyaban y escuchaban, sin embargo, a Alba se le hacía más fácil hablar con hombres que con mujeres, siempre lo tomaban todo a la ligera y no hacían un escándalo como Hailey o Lina solían hacer cuando se trataba de los hombres con los que Alba se relacionaba.

Por eso era más fácil hablar con Jim, porque él entendería mejor y no la tomaría como estúpida.

—¿Qué ha pasado? —preguntó mientras limpiaba la barra con su trapo.

—Ni me lo preguntes porque yo tampoco lo sé. De un día para otro no quiso relacionarse conmigo. Es estúpido que me afecte tanto porque no sabía que éramos, sólo nos besábamos y eso es todo.

—¿Se besaban? —Alba asintió—. ¿Por qué no me lo dijiste?

Una sonrisa irónica se formo en el rostro de Alba.

—No es algo que me guste compartir. Es privado.

Jim fingió estar ofendido.

—Tú tienes que compartir lo que sea conmigo. Me importa poco si es privado para ti o no.