Capítulo 24.

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Las ganas de vomitar fue lo que la despertaron. Se levantó de un salto y corrió hasta el baño. Las arcadas no fueron tan intensas como las de esta tarde, pero aún así, _____ se sintió débil cuando terminó de hacerlo. Luego su pecho se llenó de decepción al no sentir esta vez las manos de Justin sujetarse en su cabello.

Se cepilló los dientes tres veces, apagó la luz de su baño y volvió a su cama. La decepción fue aún más grande cuando notó que estaba vacía. Tocó con su mano la parte en donde Justin se había acostado. No estaba caliente, sino fría. Supuso que se había ido hace unas horas. Debió imaginarlo, no esperaba que se quedara como su niñera todo el día.

Vio el reloj de su buró, marcaban más de las 7. Había dormido un montón y aún así seguía teniendo sueño, se sentía exhausta. Se acomodó mejor en su cama y prendió la televisión, ya se había hartado de ver películas todo el día, pero no encontraba nada más que hacer aparte de reposar.

Ésta vez fue su madre quien entró en la habitación. Lo hizo son sigilo, suponiendo que tal vez seguía dormida.

—Oh —repuso Sandra cuando la vio con los ojos abiertos—. Estás despierta, ¿cómo te sientes?

—Acabo de vomitar —dijo ____ en un gruñido. Después dio un leve carraspeo y le preguntó a su madre—: ¿Dónde está Justin?

Sandra sonrió casi complacida.

—Se fue hace una hora. Dijo que tenía un asunto con su madre.

_____ asintió con los labios apretados.

—Entonces... ¿es tu novio?

—Mamá —se quejó _____—, no empieces.

—¿Qué? Cuando entré a tu habitación ambos estaban dormidos —confesó como si fuera lo más natural para ella. _____ se extrañó. Sandra no se tomaba el asunto de los chicos muy a ligera, no después de que su padre se fuera.

—¿Y? Tenía sueño.

—¿Te gusta? —cuestionó ignorando su excusa.

_____ se pasó una mano por la cara irritada. Suspiró.

—Si, mamá, me gusta.

—Bien —Sandra sonrió—. Me cae bien. Es buen chico.

—No lo conoces —le dijo casi riendo—. Pero sí, es un buen chico.

Le parecía completamente raro estar hablando con su madre sobre Justin, sobretodo después de ser vista en los brazos de él mientras ambos estaban dormidos. Sonrió ante aquello. Sandra inspeccionó su rostro mientras sonreía en silencio y sin decirle ninguna palabra.

—Bueno –—dijo Sandra dispuesta a salir de su habitación—. Me llamas por cualquier cosa. Estaré abajo con Riley.

______ asintió y su madre salió por la puerta de nuevo de manera sigilosa. Acostó su cabeza en la almohada donde Justin se había acostado. Olía a su perfume.

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_____ pudo levantarse después de dos días. Bajó las escaleras, disfrutando de que sus articulaciones ya no se quejaran. Después de cuatro días, _____ se sentía mucho mejor. Aún tenía frío por las noches al igual que los mareos, pero de ahí en más, _____ no había vuelto a vomitar.

Seguía sin saber de Justin.

Entró en la cocina, Riley estaba sentado en la barra y su madre cocinaba huevos. ______ relamió sus labios y se sentó alado de su hermano.

—¿Irás a tus prácticas hoy? —le preguntó su madre en cuanto la vio por encima de su hombro.

—Hasta mañana. Seguramente ya me sentiré aún mejor.

Soldier [j.b.] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora