Capítulo 1.

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La histeria de todos los universitarios recién graduados era obvia en aquél bar en el que entró la mayoría de la clase. ____ caminó y se sentó en la mesa junto con sus dos amigas, Hailey y Lina.

—¡Ya estamos graduadas! —exclamó Lina mientras abría el menú del bar que siempre visitaban todos los viernes cuando aún eran universitarias.

_____ sonrió mientras al igual que todos, su felicidad era notoria. Los estudios en medicina fueron duros para ella, pero con todo el esfuerzo, logró graduarse con honores.

Alexia, otra compañera más con la que casi no hablaban, se acercó a su mesa con los ojos llenos de emoción.

—¿Ya vieron quiénes llegaron? —dijo mientras se inclinaba hacia ellas y apuntaba con su dedo hacia la entrada—. ¡Soldados!

—¿Qué? —Hailey alzó el cuello hacia ellos.

_____ hizo lo mismo. ¿Militares? ¿En un bar? Todos se veían tan jóvenes.

—Escuché que están comenzando apenas sus entrenamientos —continúo diciendo Alexia mientras les echaba otra miradita llena de emoción, después se retiró y se sitúo en la barra, justo alado en dónde el grupo de los apenas militares se habían sentado.

—Ya los he contado —dijo Lina—. ¡Son 10! —repuso como si aquello fuera lo más importante de ahora.

—Son sólo soldados —se apresuró a decir ____ mientras dirigía de nuevo la mirada hacia el menú.

Claro que no lo iba a admitir, no quería ser una chica con las hormonas tan alborotadas como para armar el escándalo que la mayoría de las mujeres estaban haciendo, pero la mayoría de aquellos militares eran atractivos para sus ojos, pero si lo llegara a decir en frente de Hailey y Lina, estaba segura que comenzarían hacer un escándalo por nada. Las conocía bastante bien.

—¿Cómo dices? —Hailey desvió toda su atención de los chicos y la vio con ojos acusadores—. ¿Sólo militares? ¿Qué no los estás viendo?

Lina se quedó pensativa durante un minuto y luego asintió con la cabeza.

—Esta vez concuerdo con ____ —Hailey la miró con los ojos abiertos, al igual que ____. Normalmente ellas dos siempre iban en contra de lo que ____ decía acerca de los hombres—. Mi prima tuvo una relación con un militar durante un largo tiempo. Por lo que me contó, es algo agotador. ¿Se imaginan tener que esperarlo durante tanto tiempo? Ni hablar.

—Si realmente quieres a esa persona, esperarías por ella. Yo lo haría —contraatacó ____.

—Aquí vamos —Hailey rodó los ojos—. No todas tenemos tanta paciencia como tú, _____.

Lina asintió, concordando con ella. Ya era de esperarse, pensó.

—Iré por las cervezas par de idiotas —se levantó de la mesa y le arrebató de la mano los billetes a Lina.

—¡Que sean obscuras! —oyó el grito de Hailey mientras se ponía en la barra.

De reojo, vio a un militar de perfil. Sus ojos mieles se distinguían aún más por la luz amarilla que la barra iluminaba. Tenía el cabello castaño corto por los lados y largo por el centro. Su mandíbula era dura y bien delineada. ¿Por qué tenía que ser tan atractivo como la mayoría de los militares?

—¡Tres obscuras! —le gritó a Jim, el que repartía las bebidas a todo mundo. _____ había entablado amistad desde que llegó al bar una semana después de que entrara a la universidad. Aquello fue mucho antes de que conociera a Lina y Hailey.

—______, con que eres recién graduada, ¿eh? —Jim le pasó las cervezas y se apoyó en la barra.

—Por fin —le dio un trago a una de ellas y le sonrió—. Medicina ya me quitaba bastante tiempo.

Se dio cuenta que el chico militar se había inclinado un poco mas hacia su lado. Su compañero lo había empujado levemente. Él se giró a verla, seguramente disculpándose por el pequeño roce de su antebrazo con el de ella.

—Impresionante —alzó las cejas—. ¡Ya eres una doctora!

—Me retiro, Jim. Hailey y Lina deben de estar desesperadas por sus bebidas —se levantó del pequeño asiento y tomó los tres vasos de cervezas y caminó hacia su lugar.

Hailey la miraba con los ojos abiertos y con una sonrisita en los labios; Lina la imitaba. ____ les puso sus cervezas con el ceño fruncido, intentando descifrar el por qué de sus miradas.

—¿Ahora qué? —rechistó irritada después de sentarse.

—Te dije que no se había dado cuenta —Lina le pegó un codazo en el costado a Hailey—. Eres tan ingenua, ____.

—¿Perdón? —preguntó. Si antes estaba confundida, ahora estaba lo doble.

—¡Dios! —comenzó a decir Hailey y tomó un gran trago de su cerveza—. El chico militar que estaba a tu lado en la barra, ¡te dio unas cuantas miradas! —juntó ambas palmas y aplaudió como una niñata que le acababan de dar sus dulces.

_____ desvió la mirada hacia la barra. El hombre seguía ahí. Sus hombros se veían mas anchos por la forma en la que sus antebrazos estaban posados en la barra; estaba hablando con otro militar, el mismo que lo había empujado anteriormente mientras soltaban una carcajada que sonó hasta los oídos de _____.

—Da igual —dijo restándole importancia—. Es sólo un soldado en entrenamiento.

—¿Qué? —preguntó sin creerlo Lina, claramente exagerando—. ¡Te ha observado!

—Repito, da igual.

_____ tomó un gran trago de su cerveza. Aquél tema de conversación era algo estúpido. La había observado, ¿y qué? Ella también lo había hecho. Dos veces. Después de todo estaban en un maldito bar.

Soldier [j.b.] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora