Soldier [j.b.]

Capítulo 34.

Nunca se había maquillado. De hecho, nunca se maquillaba por las mañanas ni tampoco se dejaba el cabello suelto después de bañarse, ya que odiaba que sus blusas se mojaran de la espalda. Es raro decir que ella se sentía diferente, pero no era nada más que la verdad. Se puso el delineador lo más fino que pudo, cuidando que la línea no quedara demasiado gruesa; se puso rímel en sus pestañas,
y al final se puso el maquillaje por su rostro. Se miró al espejo con una leve sonrisa y salió de su habitación.

Hoy le confirmarían si sus prácticas en el campo eran permanentes o no. Se había puesto su mejor ropa y zapatos bajos –que tomó del clóset de su madre– y bajó las escaleras. Tomó una pera de la cocina, que la fue mordiendo durante todo el camino a píe hasta la parada del autobús. Se sentó como de costumbre hasta el fondo y esperó paciente hasta que llegaron al campo.

Caminó a paso rápido por el camino de tierra y verificó que sus zapatos no estuvieran muy sucios. Su cabello no estaba del toco seco y sentía frío por ello. Fue directo hasta el edificio médico, saludó a Mel cuando pasó por enfrente de ella y entró a su despacho. Miró su reloj. En veinte minutos Xavier pasaría a decirle si seguiría trabajando aquí.

Cerró su mente y boca para no soltar algún comentario que pudiera ofender a Xavier, aunque aquello fuera lo único que quería hacer. Pero le importaba más conservar este primer trabajo.

Se quedó sentada hasta que los veinte minutos pasaron. Hubo tres toques en la puerta y después Xavier pasó. Tenía una sonrisa en el rostro, caminaba recto, su uniforme estaba bien lavado y planchado. ______ quería darle unas cachetadas para borrar ese aspecto tan superior y egocéntrico que él aparentaba. No se sentía bien estar en una misma habitación que él.

Tenía un folder entre manos, sus ojos azules no se despegaron de ella mientras se sentaba. ______ le hizo un asentimiento con la cabeza, permitiendo que hablara. Entre antes lo hiciera, mejor.

—Felicidades —Xavier mostró una sonrisa completa—, ahora eres médica del lugar.

La amargura pasó y _____ sonrió ampliamente.

—Gracias, Xavier.

Él sacó unos papeles del folder y se los tendió encima de su escritorio.

—Sólo tienes que firmar —le indicó con el dedo en dónde—, y listo.

_____ tomó un bolígrafo del mueble y firmó. Ya estaba. Éste era su primer trabajo y le encantaba que lo fuera.

—Espero no me defraudes —dijo Xavier levantándose de la silla—. Dije buenos comentarios sobre ti para que te aceptaran.

Ella le sonrió forzosamente. Los ojos de Xavier mostraban doble sentido en sus palabras y eso no le gustó. Este hombre era un verdadero fiasco.

—No lo haré.

Por cortesía, _____ le aceptó la mano que Xavier le tendió.

Cuando salió de su despacho, ______ esperó que pasara enfrente de la ventana y se fuera hacia la dirección contraria. Sonrió cuando vio a Justin caminar hacia el recinto con la cabeza gacha. Le gustaba tanto como le quedaba el uniforme...

Salió del recinto y caminó hacia él. No se había dado cuenta de que ella caminaba por detrás de él por lo que le dio dos toques en el hombro. Justin se giró desorientado y al verla, sonrió a medias.

—Hola —dijo ella con timidez.

No importaba si estaban enfrente de muchas personas, Justin la tomó por su espalda baja y la juntó a él. Después le dio un beso corto.

—¿Qué pasa?

—Acaban de decirme si me quedo o no —contó con aspecto serio y separándose levemente de él.