Capítulo 39.

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Eran las 4 de la tarde y Justin escuchó desde su cuarto el timbre de su casa. Con pereza salió de su cama y se puso unos pantalones. Su madre no estaba. No la había encontrado cuando regresó del campamento, así que en todo el día ninguno de los dos habían cruzado palabra.

Estaba de mal humor porque su cabeza le comenzó a molestar, no había dormido y los circuitos de hoy habían sido brutales. Justin Bieber había vuelto a tener las pesadillas que hace más de un año no tenía.

El timbre volvió a sonar de nuevo, pero esta vez con insistencia. La persona que estuviera tocando tenía mucha urgencia de que abrieran. Sus pies descalzos sintieron la brisa del viento en cuanto abrió la puerta.

_____ estaba con los brazos cruzados y con su mirada llena de molestia. Su nariz estaba roja y arrugada al igual que su ceño. Él sabía que se estaba congelando por la forma en la que sus labios estaban apretados. Sin decirle nada, Justin se hizo a un lado para que pasara.

Si él dijera que no la había evitado durante todo el día, estaría mintiendo.

—¿Algo que quieras decirme? —fue lo primero que le dijo en cuanto estuvo en el interior de su hogar.

Justin cerró la puerta y la miró ceñudo.

—No que yo sepa —le contestó simplemente.

—Vaya —repuso ella con fingida sorpresa—. ¿A dónde fuiste anoche?

Ella estaba enojada, pero Justin no estaba de humor para aguantar alguna escena autoritaria. ______ no tenía ese derecho sobre él. Ni tampoco Cara.

—Salí —respondió evitando su mirada. Y al ver que ella seguía esperando una mejor respuesta, prosiguió—: Al bar, ¿de acuerdo?

—Jim me lo dijo.

Por la forma en la que sus ojos se abrieron, Justin supo que aquello no debería de haberlo escuchado. Después comprendió:

—Te llamó a ti anoche.

_______ fue la que evitó su mirada esta vez.

—¿Y qué? —trató de defenderse—. ¿Por qué estabas ahí en la madrugada?

Sabía que trataba de distraerlo.

—No es asunto tuyo.

Se arrepintió de su tono tan duro cuando vio que la había ofendido. La mirada de su novia había cambiado y retrocedió un paso.

—Bueno —le susurró ella al otro lado de la habitación. Y después de dudar, ______ siguió diciendo—: ¿Todo bien, Justin? Sabes que puedes decírmelo.

No, esto no podía decírselo. No podía contarle que había visto a Jayden porque él seguía sin creérselo. ______ ya sabía demasiado.

—Todo está bien —afirmó con casi una sonrisa.

Sabía que ella no le creía ni una palabra, pero pensaba que era mejor mantener ese secreto sólo para él.

Pero _____ se dedicó a negar con la cabeza y después comenzó a caminar hacia él.

—Si todo estuviera bien no me hubieras evitado todo el día de hoy —sus delgados brazos lo rodearon por el torso y lo abrazó. Esto era lo que Justin necesitaba—. Tienes ojeras y te ves terrible.

Justin soltó un leve risa.

—¿Ah, si? —él arqueó una ceja mirando hacia ella.

—Si. Puedes confiar en mi, ¿lo sabes verdad? —Justin afirmó con la cabeza—. No te presionaré para que me digas el por qué estabas en el bar anoche porque sé que no te gusta que se entrometan en tus problemas.

Soldier [j.b.] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora