Capítulo 63: Rivalidad naciente

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Estaba claro que si continuaba pensando en todo aquel asunto obtendría una jaqueca marca diablo, por lo que había decidido sabiamente ir a llenar su estómago ya que pensar por tanto tiempo prolongado había abierto su apetito. Y ya que había una clase que se encargada de montar un restaurante de comida tradicional a costos accesibles, no lo meditó dos veces.

Incluso se le habían unido más personas durante su caminata hacia el susodicho establecimiento. Aunque al menos agradecía que hubieran mesas suficientes para todos.

Y tras un análisis rápido del menú la orden colectiva fue hecha.

—Déjalo ya Bakagami, no podrás adivinar el color del oso –mencionó Aida con un té helado en manos-. Es demasiado para tu coeficiente intelectual.

—¡¿Qué dijiste?!

—Te dijo Idiota, eso es lo que pasó –suspiraba Kiyoe. Hasta ella estaba harta de escuchar a su novio hablar de ese tonto acertijo.

—Tatsuhisa-kun es alguien bastante curioso –se rió por lo bajo Momoi.

—Mejor dicho es alguien que le gusta fastidiar a las personas –indicaba el capitán del equipo.

—Yo considero que es una persona interesante con una personalidad un tanto inusual –comentó Kuroko. Alguien parecía sentir simpatía por el rubio; quizás porque le gustaba joder a la gente como a él.

—¿Y entonces?¿Es bueno al menos? –la mirada de Aomine se colocó en Taiga-. Como para que estés haciendo todo este escándalo tiene que ser al menos pasable.

—Por supuesto. No estaría intentando resolver un tonto acertijo si no fuera el caso, idiota.

—Pues para ser tonto, te está costando mucho trabajo –se burló Izuki.

—¿Acaso ustedes ya conocen la respuesta? –estaba claro que allí la única persona que lo sabía era Aida.

—No pienso decírtela, Bakagami. Piénsala por ti mismo…-la verdad es que le agradaba ver al pobre chico pensando y repensando el acertijo.

—¡Oh, aquí está nuestro sushi! Se ve delicioso –todos concordaron con la opinión de Satsuki.

Desde nigiri sushi hasta barazushi, todo aquel conglomerado de tipos de sushi se postraba sobre la mesa, coloreándola hermosamente y al mismo tiempo, desatando el apetito de todos esos jugadores y acompañantes.

Y no sólo su apariencia era buena, sino también su exquisito sabor.

—Mmm…Es delicioso –para Momoi era el sushi más delicioso que hubiera podido probar.

—Sin duda se han lucido con todo esto –felicitaba Riko.

—¿Es aquí, verdad? –por lo visto ese sitio era bastante popular. Justo en el umbral se vislumbraba Axelle y ese par de amigos suyos.

—Sí. Pidamos de inmediato, muero de hambre –mencionó Keigo llevando a todos hacia la mesa más cercana.

—Ah, pero si es Axelle –saludó Momoi desde su asiento.

—Ya quiero que traigan mi orden –a la francesa simplemente se le hacía agua la boca de sólo ver que todos ellos ya estaban comiendo a sus anchas.

Ahora Daishi y sus amigos podían estar en santa paz. La comida les había sido traída y ahora disfrutaban de cada rollo de sushi. Incluso se animaron a pedir algunos postres para acompañar la comida.

—Keigo, sé mi pareja para el rally de parejas de mañana –pidió Axelle con un urameki sushi entre sus palillos.

—Lo siento Axelle, pero…no puedo –el pobre rollito fue a dar contra su plato.

Addicted to U [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora