Capítulo 80: Tentación latente

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Con cierto trabajo logró llegar hasta su hogar, encargándose de cerrar cuidadosamente con llave para no ser sorprendido por ciertas personas, como Satsuki, que ocasionalmente se colaba en su hogar. Y más ahora que tenía a cierta invitada. Una que ya se le había perdido de vista.

—¿Pero dónde se ha metido ahora? –revisó en la sala, pero sólo halló su gabardina botada sobre la superficie de los sillones. Después escuchó un ruido proveniente de la cocina, por lo que no dudó en llegar hasta dicha sección-. ¿Vas a seguir comiendo?

—Esto sabe bastante bueno –al parecer había encontrado lo que sería la cena perdida del moreno. Él simplemente suspiró cansadamente-. ¿Quieres?

—No, ya cómetelas todas –dictaminó-. Ahora debo llevarla a la habitación de huéspedes para que se duerma de una buena vez –si bien no pasaban de las 8 de la noche, era mejor tenerla durmiendo que de esa manera-. Después de que termines, irás directamente a la cama.

—¿Ah?¿Pero por qué? Es muy temprano para dormir –para estar borracha estaba muy consciente del tiempo.

—En tu estado es mejor que te vayas a dormir –reiteró como un padre estricto e intransigente.

—No quiero –objetó con infantilismo.

—Además...¿por qué demonios andas sin zapatos ni nada? –a buena hora notó que esa chica andaba con sus mayones sin calzado alguno.

—Me dijiste que entrara rápido, y eso fue lo que hice –le aclaró. Cosa que era cierto. No es que le molestara que le vieran trayendo una mujer a casa, pero sus nuevos vecinos eran usualmente muy lengua suelta y si se lo comunicaban a sus padres le tocaría comerse un gordo sermón.

—Cierto...Bueno, da igual. Ya acabaste, ahora a dormir.

—Pero debo bañarme antes de eso –eso parecía algo así como una petición que él podría negar y que ella aprovecharía para seguir despierta. Podría jurar que ahora lo chantajista se le daba mejor.

—Te bañas y luego te vas directo a la cama –una gran sonrisa se instaló en los labios de su novia; al parecer estaba complacida con que aceptara.

—Está bien –tarareó musicalmente antes de abandonar la cocina-. Aunque...-regresó casi de inmediato-, ¿dónde queda el baño?

—...Va a ser una noche de locos...

Tras mostrarle a la chica dónde se ubicaba el baño, así como todo lo necesario para que efectuara todo el proceso de aseado, simplemente descendió a la primera planta, demorando unos cuantos segundos en atender el celular. Por lo visto esos chicos querían informes sobre cómo le iba.

—Ya se estaban demorando...-atendió la llamada entrante sin mayor tardanza.

—¿Cómo va todo por allá?¿Se ha dormido al fin?

—En lo absoluto. En este momento está arriba, tomando una ducha –el ruido de la regadera le indicaba que la francesa ya estaba en ello.

—Procura que se duerma después de eso. Se pone muy hiperactiva –comentaba el italiano desde la otra bocina.

—No me digas –ironizó.

—En cualquier caso, si tienes algún problema no dudes en hablarnos –simplemente colgó, devolviendo al moreno a sus pensamientos actuales.

—¿Ya acabó? –se le hacía ridículo el tiempo que había demorado la francesa en bañarse. Creía que las mujeres demoraban horas en la ducha.

Dio un largo suspiro y estuvo a punto de dirigirse hacia la cocina por una bebida, sin embargo, ese contundente ruido cortó su acción, haciendo que se moviera rápidamente en dirección hacia la segunda planta.

Addicted to U [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora