Recorrer las tiendas en busca de regalos siempre resulta ser una tarea complicada, especialmente si no conoces el lugar ni hablas el idioma del país, pero si vas con las personas adecuadas todo cambia drásticamente. Y claro, Moto no podía quejarse de sus compañeros de compras ya que en poco tiempo se habían tornado en entrañables amigos suyos. Si su hermana supiera la mitad que él de todos ellos, seguro los expulsa de Japón por propia mano por corromper a su hermanito. Pero ocultarle algunas cosas no iba a matarla.
De momento se habían detenido en una joyería. Leo se encontraba eligiendo el regalo adecuado para la persona que le tocó en el intercambio de regalos. Se encontraba indeciso entre un pendiente de plata de piedra de ópalo o un collar de perlas; el resto esperaba sentados tranquilamente.
—Debe ser difícil elegir algo que le guste a Lia, ¿no? —ese fue Moto quien sostenía entre sus manos una crepa de fresas, crema batida y chocolate.
—Como muchas mujeres ama la joyería, así que es sólo cuestión de saber qué no tiene y listo. Amará cualquier accesorio que le des —comentó tranquilamente Hadrien con un helado en mano.
—Bueno, con Axelle eso no aplica —decía Marko con una paleta helada.
—Se ve que saben mucho de esto. Yo no tengo experiencia regalando cosas y menos a alguien como Seijuurou. Escuché que es alguien muy particular —estaba inseguro sobre el regalo a comprar.
—Bueno, oí que es amante del shogi —soltó casual el italiano.
—Pero siento que eso es algo que cualquier persona le obsequiaría —prosiguió el oji dorado.
—¿A qué te refieres, Hadrien? —Moto estaba interesado en la propuesta del alemán; sabía que él era de buenas ideas.
—Conozco algo que seguramente le irá como anillo al dedo a Akashi —Marko sintió un gran escalofrío recorriéndole el espinazo y no sabía por qué, pero presentía el peligro.
—¿De verdad? Estaré feliz de escuchar consejos —estaba tan motivado con la idea, que incluso se había puesto de pie—. Vayamos de inmediato a comprarlo.
—Ésa es la actitud Moto —se levantó, aproximándose al muchacho, echándole el brazo encima—. Siento que he encontrado otro hermanito en ti, Moto. Yo mismo te llevaré a la tienda indicada.
—Y de paso compremos el regalo de mi hermana. Estoy seguro de que amará lo que le vas a dar. Al menos así no va a golpear a Ryouta todo el tiempo.
—Moto, Moto, déjalos estar. Hay amores así, salvajes e indómitos. Si así Kise es feliz, ¿quiénes somos nosotros en reprimirle e impedírselo? Deja que Aoi le pegue todo lo que quiera, que alguna satisfacción saca de todo ello.
—También hay amores psicópatas y yanderes...
—Tú sólo sígueme Moto y tendremos el regalo de Akashi antes de que sea la hora de la comida —le guiñó el ojo con suma complicidad, ignorando por completo la desgracia de Turletti.
—Volveremos pronto, Marko —le sonrió el castaño al italiano.
—Empiezo a replantearme mis amistades...—sólo suspiró tras ver salir a ese par que a saber qué demonios iban a comprar para el intercambio. Sospechaba de muchas cosas y quizás hacía bien en temer.
—¿Se cansaron de esperar? —al fin Leo había terminado su compra.
—A Hadrien se le ocurrió una idea sospechosa...
—Ya tiene edad para comportarse. Además, después de la paliza de ayer no creo que vaya a hacer algo más descabellado —mencionó tranquilamente.
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Addicted to U [EN EDICIÓN]
FanficNo había manera de que él, Aomine Daiki, perdiera contra ella; contra aquella chica que apareció repentinamente en su vida para imponer sus normas y burlarse de su persona cada vez que tenía la oportunidad. Definitivamente él no iba a ceder ante alg...