Capítulo 91: De este tipo de cosas se trata la vida

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El chico solamente le dedicó una mala mirada. Realmente deseaba hacer que esa chica le acompañara en una cita. No obstante, ahora ese pelinegro entrometido se encontraba entre él y su futura conquista. Iba a hacer que se quitara sin importar lo que le costara.

—Hazte a un lado —espetó enfadado aquel sujeto.

—Ya te dije que lo mejor será que te retires.

—Kasamatsu-san, no es necesario que haga algo como esto —pedía Elin.

—Sí, haz lo que esa linda gatita dice y déjanos tener una apreciable cita. Los he estado observando desde hace rato y no creo que alguien tan patético como tú merezca a una hermosura como ella.

—Esas son sus conclusiones. Yo por mi lado estoy muy a gusto platicando con Kasamatsu-san y no quiero intercambiarle por usted. Le sugiero que vaya en pos de otra chica, que aquí lo que sobran son mujeres bonitas y que seguramente comparten sus mismos gustos.

—Ya la escuchaste. Así que hazme el favor de largarte, que la gente empezará a molestarse —replicó Yukio sin quitarle la mirada de encima.

El sujeto bufó molesto, dándose media vuelta, dispuesto a marcharse o eso era lo que ellos creían. No obstante, lo que vendría después haría que la joven peli blanca soltara un grito de preocupación. ¿Pero cómo evitarlo? Ese hombre había hecho una falsa retirada para arremeter contra Kasamatsu, dejándole un fuerte y directo golpe sobre su estómago.

—¡Kasamatsu-san! —exclamaba la danesa al tiempo que se agachaba al costado del pelinegro. Había logrado doblarle de un solo embiste.

—Ungh...Si serás maldito...—gruñó Yukio, mirando con mayor aversión al susodicho.

—He escuchado que los jugadores no pueden meterse en problemas o podrían ser descalificados, ¿es eso cierto? —él lo conocía y sabía que no podía meterse en una pelea porque su participación en los siguientes juegos estaría comprometida seriamente.

—Pero que acto más ruin. No eres más que una persona lamentable que no merece siquiera que Kasamatsu-san le devuelva el golpe —habló con firmeza y molestia creciente la danesa.

—Si hubiera sabido que eras así de molesta mejor no te hubiera invitado a salir conmigo —sencillamente era despreciable y Kasamatsu de verdad quería devolverle el golpe.

—No creo que sea prudente que un chico como tú esté irrumpiendo en la cita de nuestra querida Elin —sentenciaba una voz desconocida, una que estaba al lado del joven peleonero.

—Los sujetos como tú son los que más repudia Elin y con los que gustosamente me gusta mandar muy lejos de ella —agregaba una segunda voz, una que estaba justamente detrás de él.

El joven miró en dirección a esas voces desconocidas y que de forma indirecta le indicaban que estaba en serios problemas y más le valía ir moviendo su desagradable ser hacia otro sitio.

A su izquierda permanecía un pelirrojo alto, cuyos afilados ojos grisáceos le hicieron sentirse notablemente incómodo. No sólo era más alto que él, sino también parecía ejercitar su cuerpo con notoria frecuencia. Y el hecho de que sujetara su cabello con una pequeña coleta y que desprendiera un aire rebelde por sus incontrolables cabellos, no le hacía sentir mejor.

Pero mirar para atrás tampoco le hacía mucha gracia. Allí le recibían esas esmeraldas que desaprobaban totalmente su comportamiento. Y aunque su castaña cabellera se encontrara magistralmente peinada hacia atrás, haciéndole lucir galante y atractivo, no quitaba que fuera igualmente peligroso que el otro.

—¡Pierrot, Anton! —ella era la única que los identificaba. Estaba feliz y aliviada de verles.

—¿Te parece si charlamos allá afuera, jovencito? —preguntaba el pelirrojo, echándole el brazo encima al aterrado muchacho.

Addicted to U [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora