Capítulo 90: Nuestra fragilidad

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  ¡Muy buenas tardes gente bonita! Al fin he decidido traerles un poco de alegría a sus vidas, así que espero que sean agradecidas XD y no me odien por el drama innecesario que he puesto. Pero ya saben que si no pongo algo que provoco maldiciones en todos ustedes, no soy yo *3*9 ¡Así que disfruten, nos estamos leyendo y adoren a estos sensuales hombres! 

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Eran pocas veces en las que se convertía en una persona impulsiva que no atendía a razones sin importar que éstas existieran. Pero esta vez se había olvidado de que procuraba nunca comportarse de un modo como ése y mucho menos si esta actitud podía perjudicar a terceros. Sin embargo, no podía controlarse, no podía simplemente sentarse a sonreír mientras la vida seguía, e ignorar lo que todavía continuaba quemándole el corazón y creándole ese indescriptible dolor sobre el pecho. Sencillamente ninguna palabra de aliento le detendría en ese preciso instante.

Arrojó aquella peluca contra el suelo sin condolencia, con ese enfado que solamente se amontonaba más y más sobre sus hombros; y sin pensárselo, encaminó sus pasos hacia aquella mesa. Incluso traicionando su propio código de honor que le impedía comportarse de una forma tan precipitada. Pero es que el enojo, los celos y la desilusión eran mucho más fuertes que él.

Y con un tono áspero, inusual en él, le pediría a aquel trabajador que se hiciera a un lado. En ese momento resultaba serle más un estorbo que una ayuda.

Sus punzantes ojos dorados pasaron de esa atónita chica que lo miraba estupefacta, incrédula, a quien le acompañaba. Aoi sencillamente no sabía qué es lo que hacía él allí y menos el motivo por el que se le notaba tan colérico. No existían motivos para que se le viera tan contrariado con respecto a su amable y simpática actitud de siempre.

A él no parecía importarle lo que esa chica sostenía entre sus manos. Aquel objeto celeste pasó desapercibido para él, perdiendo así la oportunidad de hallar el verdadero motivo por el que se había levantado de su asiento.

Sin decir más se había encargado de hacer que el moreno se levantara de su asiento sin siquiera ponerle una mano encima. Su mirar había hablado por él y le comunicaba que había algo que tenían que resolver en ese preciso momento, sin excusas ni acobardamientos.

—¡Kise, ¿pero qué estás haciendo aquí?! —exclamó Aoi, clavando sus pupilas en aquel chico. Nunca antes lo había visto de esa manera, nunca. ¿Qué había pasado para que él se comportara de esa manera?¿Acaso todo se debía a que la había visto platicando con su ex compañero de equipo?

—...Aomine, esto no es gracioso...—pronunció con un tono frío, cortante, tan ajeno a él. Ambos estaban sorprendidos por el cambio tan radical en la actitud del chico. Los dos deseaban saber el porqué.

—No sé a qué demonios te estás refiriendo, Kise —le ofertó una mirada de pocos amigos igualmente—. Además, ¿qué estás haciendo aquí?

—Exactamente —Aoi se puso de pie, observándole, esperando la respuesta.

—Hablaré contigo en un momento, Aoi —pocas veces le llamaba por su nombre y todas involucraban situaciones serias. ¿Pero qué rayos estaba ocurriendo con él ahora?—. Por ahora es con Aomine con quien deseo platicar seriamente. Lo has hecho a propósito, ¿verdad? Ese beso fue solamente laboral, y ni Axelle ni yo lo hicimos para fastidiarlos...Pero ya veo que ustedes se han encargado de cobrarse algo como eso...

—¿Pero qué disparates estás diciendo? —ahora era ella la que estaba empezando a enfadarse por el malentendido que él se había hecho sin siquiera preguntar; solamente se había basado en lo que estaba viendo—. Nosotros no hemos hecho algo tan bajo como eso. Ni siquiera sabes la razón de que Aomine-san y yo estemos aquí y ya estás pensando lo peor...Lo que me faltaba.

Addicted to U [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora