Cerró la puerta cuando entró. Por el momento lo único que tenía su atención eran esas duras y apagadas pupilas carmesíes. Algo malo debía de estar ocurriendo para que ella se hubiera tomado las molestias de viajar hasta Japón.
Se limitó a seguir sus pasos. Sabía que era inevitable el intercambio de palabras.
Axelle se sentó frente ella, ignorando la delicada esencia del té. Por ahora su interés era su madre y nadie más. Quería empezar la charla para que todo terminara pronto.
Como siempre, fue ella la que inició. Frunció el ceño al percatarse del ligero ausentismo de su hija.
—No sé qué es lo que está ocurriendo ahora contigo, Axelle; pero lo único que te debe interesar es lo que voy a decirte. Después de que me escuches podrás tomar tu decisión —musitó seriamente. No le extrañaba, ella casi siempre usaba ese tono para dirigirse a su persona.
—¿Qué sucede en esta ocasión? Hasta donde sé mis notas son impecables, así como mi comportamiento dentro de la universidad. No hay nada que reclamar por esa parte.
—En lo absoluto. En esta ocasión no tengo nada que objetar sobre tu desempeño —prosiguió—. Tiene que ver más que nada con tu estancia en Japón.
—¿Mi estancia en Japón? ¿Qué quieres decir con eso? —Pensaba lo peor, pero prefería alejar aquella idea de su mente.
—Sí... Voy a ser clara, sabes que odio los rodeos. La situación económica que tengo actualmente no es muy estable, ni lo suficientemente buena como para seguir costeando tu estadía aquí.
—Tengo beca completa, por lo que no tengo que pagar matrícula...
—¿Pero qué hay de la renta, la despensa y tus gastos personales? —inquirió. Axelle agachó la mirada; durante todos esos años su madre se había hecho cargo de eso—. Ves a lo que me refiero, ¿no?
—Conseguiré un trabajo para costearme tales gastos...—aseveró. ¿Estaba hablando en serio?
—Pero, ¿qué sandeces estás diciendo, Axelle? Si haces algo como eso tus calificaciones se irán al traste —dijo molesta.
—No lo harán. Mis notas no se verán afectadas por algo como eso.
—Lo único que tienes que hacer es tomar tus cosas y regresar conmigo a Francia —comentó sin más—. Podrás continuar con tu carrera allá y no tendrás que preocuparte por cosas como la renta o la compra de tus alimentos.
—No lo entiendes madre,. Yo no quiero regresar a Francia... De visita sí, pero para quedarme a vivir allá, no —comunicó endureciendo su mirar—. Así que yo...
—Conseguirás un trabajo para poder costearte la vida aquí, ¿no? —Su hija asintió. Y ella intentó calmarse un poco o terminaría subiendo el tono de su voz—. No puedo permitir algo como eso. Es demasiado para alguien como tú.
—¿Ahora me dices algo como esto? No pensabas lo mismo cuando me mandaste aquí teniendo apenas doce años, dándome unas cuantas indicaciones y dinero. Creo que puedo con algo como esto, ¿no? —Sus palabras la hirieron. Le dolía que su propia madre no la apoyara con su decisión.
—Accedí a mandarte a estudiar aquí gracias a tu insistencia y a que aprendiste el idioma. Tu padre casi arma un escándalo por ello. Si él se entera que te he dejado desahuciada en Japón me hará enfrentar problemas legales.
—No diré nada...—habló—. No necesitas decirle nada a él. Además, no suele visitarme y si lo hace me encargaré de que no sospeche nada. Puedo hacerme cargo de algo tan simple.
—Lo único que puedo darte es esto. —De su bolsa sacó un sobre amarillo y lo depositó sobre la mesa—. Con esto puedes pagar la renta de un departamento más chico y menos costoso que éste.
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Addicted to U [EN EDICIÓN]
FanficNo había manera de que él, Aomine Daiki, perdiera contra ella; contra aquella chica que apareció repentinamente en su vida para imponer sus normas y burlarse de su persona cada vez que tenía la oportunidad. Definitivamente él no iba a ceder ante alg...