Addicted to U [EN EDICIÓN]

Capítulo 109: Gélido

¡Señoritas mías, Rasen ha llegado y no solamente trae actualizaciones locas, sino un importante anuncio que hará que sus cabezas rueden de sus cuellos hasta el suelo!

¿Recuerdan unos capítulos atrás cuando les dije que Addicted to U iba a terminar y que si querían podría haber segunda temporada? Pues ese día ha llegado hoy. Sí, los capítulos que actualizaré cierran este fanfiction que comencé a escribir por abril del 2014 por el hype sentido y una mala consciencia que me empujó al acantilado del fandom de Kuroko no Basuke. Así que les dejaré decirme si gustan o no continuación de aquí a mediados de marzo. Ya la decisión recae en ustedes lectoras mías.

De no ser el caso, sólo les diré que ha sido toda una aventura y placer publicar esta historia y que tanta gente la leyera y mostrara su aprecio por ella. Y desde lo profundo de mi oscuro y torcido corazón les agradezco la fidelidad, el entusiasmo y la decisión por leer tanto, así como la paciencia con las actualizaciones y los dramas que metía sin piedad alguna. Sinceramente ha sido una gran experiencia para mí como escritora el realizar esta historia y ha sido un total placer que fuera del gusto de tanta gente.

Gracias a todas y nos leeremos en un futuro próximo si el destino así lo quiere.

*-*-*-*-*-*

Le resultaba de lo más extraño el estar dentro de aquella casa, que incluso había despertado demasiado temprano para su gusto.

Miró el reloj de pared de su cuarto, percatándose que apenas eran las 8:00 a.m. Sin duda deseaba seguir durmiendo, pero todo era inútil. Aunque tampoco es como supiera qué hacer de salir de allí.

Era el hogar de aquel rubio sobreprotector, por lo que claramente debería estar despierto y vigilante para que no hiciera "nada inapropiado". Al menos agradecía que la madre viviera en otro lado y llegara hasta dentro de unas horas.

—¿Y ahora qué se supone que deba hacer? -—se asomó desde la protección de su cuarto. El pasillo estaba despejado, por lo que podía salir sin temor—. Bien, todo está despejado por aquí.

Admitía que aunque la casa de ese hombre lucía pequeña y modesta al lado de la del resto de esos locos amigos de Axelle, era mucho más espaciosa que el promedio y contaba con suficientes habitaciones para albergar a la gente que vendría al rato por la noche. Sin olvidar que tenía su toque elegante y rústico.

Descendió a la primera planta, inspeccionando la sala y apreciando la buena vista que tenía hacia el jardín lateral. Fue allí donde se percató de dónde estaba el hombre.

—Así que allí estaba... —le saludó por pura inercia y el hombre detrás del ventanal hizo lo mismo. Había hecho contacto y eso significaba que iban a charlar sí o sí.

El peor augurio del moreno se hizo realidad. Por lo que pronto se halló en la fastuosa cocina del italiano, sentado frente a la metálica barra que dividía esa zona del robusto comedor de cedro.

—¿Debe ser emocionante ser joven, verdad Daiki? Puedo llamarte por tu nombre, ¿cierto? —esa mirada compasiva en busca de aprobación le hacía recordar a Kise y eso le retorcía el estómago.

—No hay problema con ello —no era como si pudiera negociar lo contrario. Era el padre de su novia y debía seguir cierto protocolario.

—Seguramente se divirtieron mucho en su estancia por Milán —no sorprendía que se enterara de la travesura de su hija y amigos. Era alguien inteligente al que poco o nada se le podía esconder.

—Fue interesante, empezando desde el secuestro del idiota de Kise por esas mujeres.

—Sí, me comentaron algo como eso —sonrió burlonamente—. No puedo creer que se haya dejado secuestrar tan fácil por mujeres —comentó con diversión pura y una taza de cocoa en manos—. Su novia debió de haberle puesto en su sitio.