Capítulo 37: Esto es demasiado vergonzoso

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Aquella sonrisa de enorme satisfacción solamente le hacía sentir más vergüenza de la que aún conservaba en su cuerpo tras el momento en que se separaron y observaron por breves segundos que parecieron largas y angustiosas horas. Seguramente sus mejillas estaban rojas hasta el punto en que le terminarían ardiendo. Y él por su lado, tan fresco, tan cínico, tan satisfecho por lo que su dulce fechoría había provocado en ella y que todavía continuaba causándole.

—¿Acaso estás avergonzada? –mofó, aún con esa sonrisa en sus labios-. Se supone que el orden de la conquista era al revés.

—Claro que no –soltó, intentando no sonar alterada. Estaba claro que había fallado, la risa del moreno así se lo hizo saber-. Odio que se esté retorcijando en razón…No es justo que él esté tan tranquilo. Estúpido Aomine Daiki. Además, él está en todo lo cierto…Se supone que sería yo la que intentara conquistarle y hacerle ver…Umm…

—Te dije que te haría pagar por lo que hiciste –musitó.

—Supongo que a este paso, el siguiente que vendrá a cobrársela de este modo será Taiga…-agregó burlonamente. ¿Por qué el moreno no tenía su mismo humor?-. ¿Qué? Él también debe tener un mal sabor de boca por ese beso que se dieron.

—Él no tiene derecho a quitarse el mal sabor de boca –chasqueó con malhumor-. Además, ese idiota ya tiene a esa chica, así que se aguante hasta que la vea.

—Ya se está demorando, ¿no? –hasta ese momento no notó que su cabello parecía estar bastante enredado, por lo que la única opción que tenía era intentar peinarlo un poco con sus dedos.

—Seguramente se distrajo con algo, es todo…¿Qué puedo decir en un momento como éste? Acabo de besarla sin siquiera pensarlo demasiado y ahora seguimos aquí, sentados los dos…completamente solos.

—No creo que le pase lo mismo que a ti –le echó en cara con una sonrisa burlona. Su ritmo cardíaco y mejillas regresaban a su estado basal-. ¿Qué se supone que diga o deba hacer en un momento como éste? Hasta ahora la única que había tomado la iniciativa había sido yo. Sin embargo, él ha sido quien me ha besado en esta ocasión…

—¿Ahora qué es lo que estás pensando, eh?

—En nada en particular –comentó tranquilamente-. ¿Por qué no se apura en llegar Kagami? Esto se está poniendo algo incómodo. Aunque hay algo que quisiera que Aomine me respondiera…

—Sobre lo que acaba de pasar…

¿Qué es lo que va a decir? Maldición, estoy nerviosa…Odio que me descontrole de esta manera…-lloriqueó en la protección de sus pensamientos.

—Creo que lo que deberíamos hacer es…

Si hace unos momentos atrás había deseado que el pelirrojo apareciera, ahora simplemente quería que no hubiera aparecido e interrumpido lo que aquel hombre estaba a punto de decirle. Ese día, su suerte apestaba.

—¿Qué sucedió Kagami? –preguntó Axelle tras ponerse de pie. Se veía un tanto serio el chico.

—Al parecer todas las chicas que aquí se hospedaban han reportado que les falta ropa. Así que la dueña está investigando todo esto para que pueda solucionarse el problema rápidamente. Aunque algunas de ellas decidieron irse de aquí.

—Es lo más normal. Supongo que en cuanto lleguen Riko y Momoi, y se den cuenta del embrollo que hay en nuestra habitación querrán irse.

—Por el momento te acompañaré a tu habitación para que puedas cambiarte. Si llegan y te ven así será mucho peor –estipulaba Taiga tranquilamente.

Addicted to U [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora