Addicted to U [EN EDICIÓN]

Capítulo 88: En pos de la aventura

¿Alguien pidió su dosis de Addicted to U? ¿Alguien? Bueno, aunque no la quieran, aquí se las dejo y espero sea de su total agrado. Sólo me queda decir que estos dos capítulos que hoy subo tienen su pizca de diversión, momentos chuscos y claro, ¡drama! XD Pero si ya saben cómo soy, ¿para qué leen mis historias? Oh sí, también mencionaré que al inicio no de este capítulo no tenía intenciones de formar otra parejita, pero al final dije: Why not? LOL. Así que no me odien -más- y disfruten de la lectura. ¡Adiosín!

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Motoharu simplemente dio un gran suspiro. Estaba impresionado de todas las desgracias que le pueden pasar a una sola persona en un único día. Pero al mismo tiempo estaba admirado de que al final todo se resolviera de un modo u otro y ahora se encontrara en tan buenas condiciones; exceptuando claro está, la situación tan delicada que tenía con su hermana.

-Sin duda tu día ha sido de locos Ryouta -agregaba el chico quien permanecía sentado a la orilla de la cama. Sus piernas iban de abajo hacia arriba.

-Ya lo sé. Es como si alguien no me quisiera y me hubiera deseado tantas desgracias. Aunque gracias a Markocchi pude conseguir esta suite.

-¿Quieres que le llame a mi hermana para preguntarle algunas cosas? -Kise admitía que era tentador, pero debía abstenerse, por lo que negó la ayuda. Pero como al hermano poco le importaba llamó de todas maneras-. Hola, Aoi.

-Moto, hola -saludó su hermana con tranquilidad.

-¿Cómo has estado? Te hemos echado mucho menos aquí en la casa. Mamá está emocionada de que su pequeña hija participe en un torneo tan grande -contó. Claro, ya se había encargado de activar el altavoz para que el rubio escuchara todo.

-Ya sabes, prácticas y enfrentamientos. Nada relevante que contar. Por el momento vamos ganando, por lo que tenemos nuestro boleto asegurado para las semifinales.

-No me sorprende viniendo de ti, Aoi -comentó casual-. Aunque creía que estarías un poco más entusiasmada. Es decir, te escucho agobiada, como si el éxito hasta ahora conseguido no significara nada.

-Ya estás oyendo cosas que no, Moto -regañó.

-Eres mi hermana, nos conocemos de toda la vida. Recuerdas, ¿nos bañábamos juntos? Sé cuántos lunares tienes...

-Moto, no sigas -reprochó notablemente avergonzada. ¿Por qué se ponía a sacar un tema como ése tan de repente?-. Mejor vete a dormir.

-Aoi, por dios, son las 10:30 de la noche. Ya no soy un niño. Y en todo caso quien debería de estar durmiendo deberías ser tú.

-Eres menor de edad y debes comportarte como tal -reprochó. A veces era más la madre que la hermana.

-Mejor cuéntame cómo le ha ido a Ryouta -expresó con enorme interés. Como si no lo tuviera frente a él.

-Umm...Que yo sepa ha ganado sus encuentros hasta ahora -soltó sin mucho interés. El hermano notó de inmediato la hostilidad.

-¿En serio? ¡Eso es genial! Ryouta es increíble, ¿no te parece?

-Supongo.

-Vamos, hasta tú admitiste que lucía muy bien cuando jugaba y que se le daba el basquetbol. Sin mencionar que aceptaste que era inteligente -nada como tu hermano ventilando tus trapitos al sol en frente del chico que te gusta.

-¡Motoharu! Deja de decir esas cosas innecesarias. Kise no es más que un modelo presuntuoso, desconsiderado, cabezota, como el resto de los hombres -crucificó al pobre rubio que tenía que escuchar todo en silencio sin quejarse.