Addicted to U [EN EDICIÓN]

Capítulo 31: Preparativos: Hora de tomar un merecido respiro

¡Muy buenas noches! Ya llegó la lluvia de capítulos XD ¡Espero que la disfruten mucho! Linda semanita, cuídense mucho y estamos leyéndonos. Bisous! ;3

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Despertarse siempre es una tarea complicada, pero lo es aún más cuando se debe enfrentar cierta realidad. La luz jamás fue tan dolorosa como en ese preciso momento. La cabeza estaba que les estallaba y cualquier ruido por más mínimo que fuera, era un calvario que ninguno de esos chicos resistía.

—No se ven nada bien –mencionaba Kuroko tranquilamente, sentado en la sala. Él no había tomado nada, por eso estaba fresco.

—¿Y ahora cómo se supone que entrenemos este día? –se quejaba Riko. Ella estaba intacta pese a que sí consumió vino la noche anterior.

—Se ven fatales –indicaba el castaño. Llevaba una charola con un grupo de vasos llenos de zumo de naranja, mismos que colocó sobre la mesa-. Bueno, si no están acostumbrados a beber, una mísera cantidad de alcohol les producirá resaca.

—¿Qué estás haciendo Marko-kun? –le veía con interés la castaña.

—Como sabía que las cosas iban a acabar de este modo, preparé algo para su resaca.

—Me agrada como piensas Marko, pero por favor no hables demasiado fuerte –gimoteó Taiga desde algún rincón lejano, protegido de la luz del día.

—Sólo sobrevivan cinco minutos más y todo estará listo.

Al poco tiempo ya se encontraban desayunando tranquilamente aquellos deliciosos bocadillos de beicon y queso. Nadie se quejaba de ello. Algunos repitieron.

—Este remedio casero no lo conocía –decía Hyuga terminándose su bocadillo.

—Pues es algo que mis hermanos y yo usamos cuando tenemos resaca –comentó-. Espero que con ustedes pase lo mismo.

—Se dice que la vitamina C ayuda a combatir los efectos secundarios del alcohol, y que los aminoácidos del beicon son beneficiosos contra la resaca –ilustraba Riko.

—Riko-chan, eres muy inteligente –felicitaba Marko con amabilidad.

—Y tú muy buen cocinero –halagó.

—Ahí van de nuevo –suspiró Taiga. Al menos tenía más bocadillos para él.

—Kagami-kun, no deberías comer tanto tan temprano.

—Y tú deberías comer lo de alguien de tu talla –sí, el peli azul apenas y había consumido la mitad de su desayuno-. Por eso estás así de enano.

—Dame uno más, Marko-kun –pedía el chico.

—¡¿Realmente se ofendió?! ¡Primero acábate el que tienes servido! –clamaron el resto de sus amigos.

—¿Y qué es lo que vas a hacer al respecto? –ese era Aomine lanzándole una mirada de enfado al despreocupado muchacho.

—La entrenadora me dijo que tuviera paciencia de aquí a que reiniciáramos clases para que la situación se pueda aclarar y tener la posibilidad de volver a ser titular. Pero que de no lograrlo, entonces debería considerar irme a otra universidad…porque no tiene caso que vaya si sólo estaré en la banca mientras podría estar apoyando al equipo en la duela.

—¿Irte a otra universidad? Vaya, eso sí que es drástico –mencionaba la castaña-. Pero en cierto modo la entiendo. Ella no quiere desperdiciar tu potencial y al mismo tiempo, desea que puedas jugar sin importar para que equipo lo hagas.