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Entré al instituto junto a Jungwon mientras hablábamos de lo aburrido que era venir al instituto.

Pasamos a la esquina del salón y ahí nos sentamos juntos, sacamos nuestros cuadernos y útiles hasta que la profesora hizo su saludo  empezando a escribir en la pizarra.

— Estoy pensando en entrar al equipo de Rugby. — murmura Jungwon.

— ¿Rugby? Sabes perfectamente que no eres bueno en deportes donde hay pelotas.— contesté.

— Pero haré el intento. Aparte, es bueno aprender — contestó. — ¿No me tienes fé?

— Claro que no — respondí sincera.

Miré a Jungwon para tocar su hombro y contestar.

— En el descanso, vamos a la cancha y pides la pelota para practicar. ¿Si? — miré a Jungwon.

Jungwon asintió mientras prestaba atención a la clase de biología.
No puedo evitar bostezar mientras escucho a la profesora hablar de ADN, disculpen pero estudiar el ADN no me sirviera para la carrera que quiero aprender...
Cierro mis ojos lentamente hasta apoyar la cabeza en la palma de mi mano.

No estaría mal dormir aunque sea un poco.

Relajo mi cuerpo dispuesta a dormir hasta sentir como Jungwon empuja mi brazo provocando que estuviera a nada de golpear mi cabeza contra el banco.

— ¿Sigues teniendo sueño? Te quedaste dormida — Susurró.

— No me critiques, tú vienes porque tus padres trabajan a la misma hora. — respondí refregando mis ojos.

Jungwon permaneció en silencio al recibir la atención de la profesora hasta que la clase finalizó.
Caminé hacia mi casillero guardando mis cosas para ir a la cancha de Rugby viendo a Jungwon.

— Bien. Ponte ahí — Señala una esquina.

Hice caso y me quedé esperando que me dijera que es lo que debía hacer.

— ¡Ahora yo saldré y tú puedes intentar meter punto hacia donde estoy yo. Yo te lo sacaré! — gritó.

Mostré mi pulgar dándole a entender lo que dijo por lo que salí empezando a correr hasta la otra esquina.

Habían personas en las gradas mirando lo que hacíamos pero seguí corriendo apesar de la vergüenza que sentía.
Observé a Jungwon correr con mucha velocidad hacia a mi hasta sentir su fuerte empujón y caer al suelo.

— ¡Hey tu! — alzó la voz un hombre mientras señalaba a Jungwon.

— ¿Yo? — contestó mirando al entrenador mientras sentía urgencia por ayudar a Tn quien estaba en el suelo.

— Entras al equipo — contestó el hombre.

Pude oír ciertos gritos de emoción por parte de Jungwon hasta recibir su ayuda y acariciar levemente mi hombro.

— ¿No sabes medir tu fuerza? — contesté quejándome.

Jungwon sacudió mis prendas con rapidez para luego pasar su brazo por mis hombros y contestar mientras caminaba.

— ¿Que tal unas disculpas? — preguntó Jungwon .

— Yo debería ser la que pida por disculpas. — Hablé.

Jungwon sonrió creyendo que era broma hasta dejar de hacerlo.

Jungwon sonrió creyendo que era broma hasta dejar de hacerlo

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— ¿Porque debo pedir disculpas? — preguntó confundido.

Miré a Jungwon levantando ambas cejas para negar.

— con razón no tienes pareja — respondí.

— No tengo porque no quiero — aclaró — tengo muchas chicas, como las de allá. — respondió mirando a una esquina de las gradas dónde habían Miles de chicas con sus embobadas sonrisas.

Giré mi rostro viendo las chicas por lo que chasquee mi lengua, ambos caminamos hasta el interior del instituto donde fuimos a la cafetería a comer.

— Hola — Respondió Jake.

— Hey — contestó Jungwon dándole un saludo con la mano a cada uno de los chicos.

Aquellos chicos eran otros amigos de Jungwon, eran 6 amigos que siempre le daban su apoyo a Jungwon, se veían los fin de semanas y jugaban al fútbol apesar de ser malos.

Se divertían y eso era lo importante.

— ¿Cómo han estado? — preguntó Ni-ki.

— Hemos estado bien, ¿No cierto TN? — contestó Jungwon esperando que intentara hablar con ellos.

— Si — respondí para verlo y suspirar — ¿Ustedes?

— Estamos bien y, me alegro — Respondió Ni-ki.

— Hoy habrá una fiesta. — Murmuró Jay — tienes que ir, aunque no sé si tú estés invitada. — habló mirándome.

— Ella puede venir igual. — contestó Jungwon mientras alzaba las cejas.

Los chicos se mantuvieron en silencio al no saber que responder por lo que empezaron a comer sin ningún problema.

.    .    .

— No es necesario que lo hicieras. Sabes que por mi, jamás iría a una fiesta. — murmure mientras caminaba hacia casa.

— Ahora irás conmigo, te enseñaré. — respondió.

— ¿Enseñarme? — contesté con ironía.

— Ríete todo lo que quieras, ya verás.

𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄   | yang jungwon & tn |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora