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La noche llegó y tuve que sentarme en la silla del comedor pensando en si debía irme a duchar con Jungwon.

Aceptar su invitación...

No quería que mi cuerpo quedará tan expuesto apesar de que ya lo ha visto varias veces pero...

No lo sé, simplemente no me sentía yo.

Caminé hacia el baño después de haber logrado dormir a Jun y miré a Jungwon quien mantenía sus ojos cerrados mientras disfrutaba del agua caliente, el vapor, la enorme ventana con el paisaje y las burbujas con espuma.

Dejé caer mi bata completamente desnuda ante Jungwon y me metí logrando llamar su atención.

Ambos no dijimos nada por largos segundos porque al menos yo, yo no tenía nada para decir.

— Quiero hacer creer a mi mismo que después de la charla en el avión todo quedó bien. — contestó.

— Pero no es cierto. — respondió luego de segundos.

Hundí mi cuerpo hasta el cuello sintiéndome aún más insegura por la incomodidad.

Jungwon acercó su mano y la tomó intentando llevarme hacia donde estaba el.

Con cuidado, dejó que apoyara mi cabeza en su cuello junto con mi cuerpo con el suyo, ambos abrazados viendo un punto fijo.

— No me enorgullece lo que soy. — respondió en un susurro.

Su mano acariciaba lentamente mi panza mientras Jungwon parecía culparse de todo.

Jungwon tenía la culpa de algunas cosas... Pero debía admitir que también cometí errores.

— Quiero ser un excelente padre para Jun y un buen esposo... — contestó para reír con incomodidad.

— Bueno, aún no soy tu esposo pero entiendes lo que quiero decir...

Jungwon apoyó su mano en mi mejilla intentando que girara mi rostro para verlo.

— Me gustas y mucho... Y quiero sacarte esa estúpida imagen que tienes del mujeriego que arruinó tu vida.

Cerré mis ojos dejando de verlo sintiendo un pequeño escalofrío recorrer mi cuerpo. Solté un suspiro un poco frustrada por lo estúpida que me sentía para voltearme y sentarme en el regazo de Jungwon observandolo.

— Durante todos estos años, te has criticado por años y nada ha mejorado, intenta aceptarte y verás lo que realmente eres. — respondió en un susurro.

Quería demostrar que era fuerte ante Jungwon, que nada de esto me afectaba lo suficiente como para volver a llorar enfrente de el pero...

Creo que el pensamiento que a todos nos duele es el de la realidad.

El pensamiento de una persona que se odia así misma por sus errores más comunes.

Cuando me siento triste y me critico por ello, pienso en mi niñez... ¿Porque debía criticar a mi pequeño yo?

Me gusta tomarlo en cuenta porque es la realidad más cruda que puedo pensar en momentos así.

Jungwon me dió un pequeño abrazo logrando despejarme de mis pensamientos y comenzó a acariciar mi espalda con lentitud.

El silencio era tranquilo.

Sus palabras de alguna manera habían ayudado.
Me sentía aliviada ante Jungwon, me sentía confiada creyendo en que no necesitaba ser perfecta para alguien.

Todo ser humano tiene sus errores.

.

Como dije, la hora del baño fue tranquila, Jungwon lavó mi cabello con mucho cuidado y cariño para terminar ambos acostados procurando dormir.

Mañana seguramente Jun estaría emocionado por querer jugar con la nieve, estaba segura que se pondría a gritar como loco.

Un niño muy... Bueno.

.    .    .

— ¡Está Snoweando! — gritó Jun corriendo hacia la cocina.

Cerré mis ojos aturdida por su imprevisto grito, apenas eran las 8 de la mañana... Aún era temprano.

¡Papi, está Snoweando! — grito sacudiendo la remera de Jungwon.

— Jun. — contestó Jungwon tomando la taza. — es Snow.

— y de todas maneras no existe Snoweando. — respondió dándole un sorbo a la taza.

— ¿¡Vamos a jugar!? — gritó Jun dando saltos.

Bostece estando cansada y asentí sin prestarle mucha atención.

— ¿Que opinas de la snowea? — preguntó Jun mientras se ponía sus pequeños zapatos.

Me levanté y lo senté en la silla empezando a ponerle los zapatos.

— Snowea. — reí por lo bajo — Me gusta la snowea.

— ¿Y podemos snowear? — preguntó Jun.

Miré a Jungwon mientras reía notando que el también le causaba gracia los extraños nombres que Jun le ponía a esquiar - nieve  y nevando.

Deja que papi y mami se vistan y salimos todos. ¿Si? — respondí mientras ataba sus botas.

𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄   | yang jungwon & tn |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora