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— ¡Mamá! — contesté alzando la voz.

— Solo quiero asegurarme.

— Si, estamos cuidandonos. — contestó Jungwon calmado.

Mentira.

— Oh... Ya veo. — ríe la madre.

— Si... — sonreí avergonzada y miré a Jungwon.

El sonreía de forma burlona, al parecer aquellos comentarios no le molestaban para nada.

La cena pasó y decidí acompañar a Jungwon a la entrada de casa.

— Gracias por la pastilla y lo demás — contesté.

— Entonces... Si no es incómodo, puedes pedirme que te lleve al consultorio.

— Pediré un taxi, no te preocupes.

— Uhm bien. — respondió sacando la caja de sus bolsillos.

— Lo había olvidado. — respondí.

— Toma. — ofrece las pastillas.

— Quedatelo tu, para tu chica. — contesté entre risas.

— Con más razón. — sonríe.

El calor recorrió todo mi cuerpo llegando a mis mejillas.
¿Era una especie de indirecta?
Porque si lo era, porfavor entierrenme que estoy muriéndome por sus palabras.

Jungwon me dió la espalda y se alejó del vecindario.

Abrí mis ojos completamente en pánico y dí pequeños saltos de emoción, solté todo mi aire para volver a inhalar  queriendo calmarme. Acomodé mi cabello y me adentré a casa caminando hacia mi habitación.

Allí me encerré y me acosté con una sonrisa boba en mi rostro.

.    .   .

Pasé por los pasillos hasta frenar al oír la conversación de Jungwon y Lola.

— ¿Acaso hice algo mal? — preguntó.

— Nunca dije eso. — respondió Jungwon.

— Simplemente quiero concentrarme en mis estudios.

— tú promedio está por arriba del 9 ¿Aún así quieres? — ríe.

— Si, por algo te estoy hablando. — contestó siendo obvio.

Jungwon parecía que se lo tomaba a juego el hecho de finalizar su relación con Lola. Seguí caminando un poco aliviada y llegué a clases oyendo rumores sobre la vida de Jungwon..

— ¿Un nuevo tatuaje? — preguntó una.

— ¡Enserio! Me dijeron que lo vieron en los cambiadores.

Frunci mi seño pensando si realmente tenía un nuevo tatuaje. ¿Será grande? ¿Será estúpido o pequeño? Digo, bueno. Son sus gustos después de todo.
Las chicas se callaron al ver a Jungwon entrar a la habitación y solo se encargaron de verlo con atención.

Él tomó sus cosas y las dejó en el banco de mi lado sin decir nada, se sentó y contestó.

— ¿Tienes el turno? — preguntó mientras jugaba con su lapicera.

— oh... Si, lo tengo.

— ¿A qué hora es? — preguntó.

— A las 2 asique saldré de clases he iré.

— Déjame acompañarte, seguramente dará los mismos antibióticos que los míos.

— No sabía que tomabas antibióticos. — contesté.

— Eso me recomendó.

— Ya veo...

Al no saber que decir permaneci en silencio resolviendo unos cálculos de matemática.

— ¿Te invitaron al baile de graduación? — preguntó Jungwon.

¿Debía serle sincera? Porque hasta a mí me daba pena que nadie me haya invitado, digo... ¿Porque nadie quiere conmigo? 

— Si, me invitó un chico

— ¿Y quién es? — preguntó.

— Es de otro salón — respondí.

— ah... ¿Irás con el?

— Tengo que pensarlo.

— ¿Porque tienes que pensarlo? Puedes decirle no y ya.

— Tal vez.

— Es tu decisión.

— lo sé.

— Y puedes hacer lo que quieras.

— Ajá.

— También podrías venir al baile conmigo.

Miré a Jungwon y aguante las ganas de sonreír.

— Tengo que pensar en eso también.

— Piénsalo el tiempo que quieras, yo podría buscarte y traerte.  — contesto confiado.

— El chico también.

— Podría llevarte a comer luego...

— Puede ser. — respondí haciéndome la desinteresada.

— Y podemos ver películas — contestó tímidamente.

— Tengo que pensarlo. — respondí dándole una leve sonrisa.

El timbre tocó justo y me levanté de mi asiento dejándo a Jungwon sin respuesta.
Salí al pasillo y sonreí completamente nerviosa.

𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄   | yang jungwon & tn |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora