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Mis manos ensangrentadas no dejaban de temblar, mis ojos hinchados a causas de las lágrimas y mi corazón que no dejaba de palpitar exageradamente.

Aún no recibía alguna noticia y eso que me encontraba sola en el pasillo esperando algún indicio de vida hace como 2 horas, de forma literal, claro.

Me levanté al ver cómo el enfermero salía de la habitación.

— El paciente está bien, logramos que su corazón volviera a funcionar pero en estos momentos está descansando...

Respiré aliviada mientras algunas lágrimas escapaban de mis ojos para echar una pequeña risa.

— eso es lo único bueno de la noche. — comenté con una sonrisa llena de preocupación.

El enfermero me devolvió la sonrisa pero ésta fue una cálida sonrisa...
Pasé a la habitación viendo a Jungwon en la camilla, con un suero, con la máquina del ritmo cardíaco... Que situación tan desgarradora.

Cerré la puerta procurando ser silenciosa para sentarme en el sofá y observarlo con un nudo en la garganta.

perdón. — Susurré.

.    .    .

12 horas pasaron en dónde Jungwon aún no mostraba señales... Sus padres vinieron, le hablaron, lo movieron y lloraron en frente de el, pero parecía una estatua.

Jungwon estaba completamente duro... Lo que hacía preocupar más al servicio de salud, hasta había oído que podría estar en coma.

— yo... Discúlpame mucho pequeña pero necesito descansar o al menos hacer el intento. — comentó la madre de Jungwon mientras secaba sus lagrimas.

Asentí sin problema viendo cómo salían de la habitación para caminar al sofá y sentarme.

— dios... — Susurré volviendo a llorar.

Pero está vez, era de una forma más sentimental, como si me estuviera desahogando, como si me arrepintiera de todo.

— Todo esto fue mi culpa... — contesté entre sollozos. — Si no hubiera saltado, jamás hubieras recibido esa bala.

Pasé mis manos por mi nariz sacando los mocos hasta cerrar mis ojos y tomar la mano de Jungwon con fuerza mientras alzaba la voz frustrada.

— ¡Tienes que despertar! ¡No puedo imaginarme una vida sin ti! — contesté desesperada.

— tú eres mi mejor amigo... Eres el único hombre y siempre lo serás. — Susurré devastada.

Aún mantenía mis ojos por el simple hecho que dolía bastante al ver a Jungwon de esa manera...

— ¿Ahora no puedes vivir sin mi? — preguntó en un susurro.

Abrí mis ojos veloz y una sonrisa enorme y con notoria felicidad apareció en mi rostro al ver a Jungwon.

Él mantenía solo uno de sus dos ojos abiertos y parecía costarle moverse... Me acerque y terminé dándole un fuerte abrazo mientras no dejaba de repetir una y otra vez la misma palabra.

— Prometo que te haré caso cuando me digas algo, saltaré, no me quejare, no tendré miedo. — repetí con emoción.

Jungwon abrió ambos ojos y alzó sus cejas mostrando que no me creía.

— Ya deja de llorar. — contestó. — Y no mientas.

— Enserio, lo prometo.

Jungwon me observó por segundos y negó lentamente con la cabeza.

— Agh... — se queja.

— ¿Dónde te duele? — pregunté.

— Aquí. — señaló su mentón.

— ¿Que tienes ahí? — pregunte confundida.

— Boba. Me duele la herida, ¿Que otra cosa me dolería? — preguntó mostrando una pequeña sonrisa.

Sonreí al ver su brillante e única sonrisa aparecer nuevamente...

Una enfermera entró con toallas y ropa extra suponiendo que Jungwon debía bañarse.

— Joven... Debe bañarse para poder sacar la sangre seca de su cuerpo. — comentó.

— ¿No puedo llamar a mis padres? — preguntó Jungwon.

— De hecho, tus padres se acaban de ir... Ellos querían descansar y... Ya sabes.

— No creo que sea bueno hablarles cuando seguramente no durmiendo desde que le dijeron sobre el tiroteo. — Susurró completamente serio.

— Sino, la joven puede bañarlo.

Miré a la enfermera para luego desviar la mirada a Jungwon.

Ella me ayudará. — contestó Jungwon señalando a Tn.

La enfermera aceptó sin problemas y Jungwon solo se quedó viéndome con una sonrisa pícara.

— Utilizaré boxer, pervertida. — contestó Jungwon.

— Como si quisiera verte. — respondí.

Claro que sí. Bueno. No. No lo sé.

Me acerque a la camilla para sentarlo con cuidado y luego caminar con pasos cortos hacia el baño donde Jungwon levantó sus brazos pidiendo que le sacara la bata de pacientes.

Observé su cuerpo y luego la venda para comenzar a preparar la temperatura del agua, colocarle burbujas y todo como Jungwon había pedido.

— espera.. — contestó tomando la mano de Tn tratando de sentarse en la tina.

Me senté a su lado para sacar el shampoo y colocarlo en su cabeza.

— tu relájate. Yo me encargo de esto...

Murmure concentrada en ponerle shampoo hasta hacer contacto visual con Jungwon quien me estaba observando desde que había empezado a acariciar su cabello...

— No me mires. — Susurré.

— ¿Te pongo nerviosa? — preguntó.

— Ajá.

— ¿Es porque soy sexy y guapo? — preguntó serio.

— No te creas tanto.

Claro que lo es...

𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄   | yang jungwon & tn |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora