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El tacto de sus dedos rozaron cada zona de mi espalda y cadera a medida que mi remera se desprendía de mi cuerpo.

Me sentía inquieta, mi cuerpo estaba tenso pero intentaba fingir tranquilidad.
Mi vida sexual no estuvo activa durante muchos años, como dije siempre, cada hombre con el que intentaba relacionarme salía corriendo cuando se enteraban de Jun

De mis labios salió un corto jadeo al disfrutar de sus caricias y los presentes besos en mi cuello.

Acerqué mi cuerpo aún más en el suyo comenzando con la fricción en su pantalón para luego ir desabrochando su camisa.

Jungwon posó sus manos en mis glúteos siguiendo con los movimientos hasta parar cualquier movimiento.

Cerré mis ojos bajando mi cabeza y me separé oyendo la pequeña risa de Jungwon seguida de como lamía sus labios.

Que lindo se ve.

Tomé mi remera y me la coloqué logrando observar el bulto en el pantalón de Jungwon, preferí no decir nada al respecto y con un poco de gracia subí hacia la habitación de Jun quién no dejaba de llorar al despertarse.

Alzé a Jun y me senté en la mesedora mientras acariciaba su cabello en silencio logrando de que dejara de llorar y se fuera relajando.

— mañana iremos a una plaza con juegos. — Susurré.

Jun no contestó y así estuve unos largos minutos tratando de hacerlo dormir hasta lograrlo.
Lo acosté nuevamente y salí de la habitación caminando hacia la mía, me acosté en la cama, me tapé y los pensamientos llegaron a mi cabeza.

Si no fuera por el llanto de Jun, las cosas con Jungwon seguirían.

No sé si esto es bueno o malo.

.      .      .

Jungwon dejó a Jun en el jardín y sin despertarme tuve que irme por cuenta propia a la empresa.
Allí llegué a la oficina notando dos cajas llenas de documentos con porcentajes sobre cada producto de la empresa.

Comencé a hacer cuentas y escribir descuentos hasta oír la voz de Hai.

— ¿Molesto? — preguntó tocando la pared.

— No, claro que no. ¿Que pasa? — pregunte.

— Solo quería ver cómo estabas yendo.

— ¿Crees que me irá mal? — pregunté con un poco de molestia.

— ¡No! Claro que no. — negó de inmediato sonriendo.

— ¿Entonces?

— Solamente me preocupa que el jefe te trate peor que nosotros. — respondió.

Si supiera todo...

— no te preocupes por eso, me irá bien. — contesté con paciencia.

Hai se mantuvo en silencio hasta acercarse al escritorio.

— ¿Quieres ir a tomar algo ésta no— interrumpido.

— ¿No sales a las 3? — preguntó Jungwon en la puerta.

Observé como Jungwon no despegaba la mirada de Hai.
Hai se quedó en silencio y suspiró.

— Lo había olvidado. — respondió ocultando su enojo.

— Empecemos a recordar el horario. — contestó Jungwon secamente. — Tn, ¿Podemos hablar?

Intercambie miradas con Hai notando lo confundido que estaba por las palabras de Jungwon.

Primero es que se trataba de que Jungwon es mi jefe y nadie sabe que nos conocemos, segundo, ¿Porque Jungwon preguntaría si podemos hablar? Debería existir formalidad y no preguntar por hablar ya que es mi jefe y no puedo rechazar no hablar con Jungwon.

Asique Hai debe tener sus dudas.

— Claro, señor Yang. — respondí.

Pasé a su oficina y allí esperé a que entrara.

— ¿Señor Yang? — preguntó sonriendo.

— No quiero que sepan sobre esto, quiero decir... Siento que Hai podría decirle a los demás.

— ¿Hai? Es un idiota.

— ¿Porque se odian? — pregunte con gracia.

— No lo sé, solo sé que no le agrado. — contestó sin importancia

— bien. Entonces. ¿De que querías hablar? — pregunté.

— De anoche.

— No hay nada de que hablar. — respondí.

— Vamos, no te hagas la difícil.

— No lo hago. — respondí dirigiendome a la puerta.

Jungwon tomó mis muñecas y me apegó contra la pared acercando su rostro por detrás de mi oreja.

— ¿Podríamos repetirlo esta noche?...



𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄   | yang jungwon & tn |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora