Capítulo 3

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- «Yo sí quería, ser tu vida... No solamente dormir contigo, también despertar... Y yo sí moría...»; tarareaba Dulce entre lágrimas en aquel balcón.

- ¡Eeeei! A estas horas la gente duerme. ¿Por qué no dejas tus cancioncitas para mañana?; se escucha desde el piso de abajo.

- Sí, perdón, no quería molestar. Ya entro; responde Dulce secándose las lágrimas.

- No, no, espera. ¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras?; le pregunta su vecina.

- Nada, tonterías...; contesta Dulce.

- Por tonterías no se llora... ¿Me dejas que te invite a un café para disculparme de la grosería de antes?; interviene la desconocida.

- Bueno...; acepta Dulce.

La chica escribe una nota explicándole a Rodrigo lo ocurrido mientras baja las escaleras hasta llegar al piso inferior. Allí le espera una puerta abierta...

- Hola, soy Dul, ¿puedo entrar?; se asoma Dulce un poco inquieta...

- ¡Sí, claro!; invita la vecina.

- ¿Qué? ¿Qué haces tú aquí?; pregunta Dulce sorprendida.

- ¡No es posible!; responde aún más sorprendida la vecina.

- ¡Annie! ¡Dul!; se gritan mientras se funden en un gran abrazo.

- ¡No lo puedo creer! ¡Somos vecinas! ¿Pero desde cuándo? ¿Me enseñas tu casa y me cuentas?; pregunta Dulce emocionada.

Y mientras las jóvenes recorren la estancia, por cada ventanal un rayo de luz de luna ilumina sus pasos. Aún no eran conscientes de que desde ese momento se volverían a unir para siempre.

1. To the moon, and backDonde viven las historias. Descúbrelo ahora