La tensión se palpaba en el ambiente:
- ¿Por dónde quiero que empieces? ¿Por dónde quiero que empieces? Ya sé que te hice más daño de lo que yo nunca pude imaginar, y también soy consciente de que dejarte fue el peor error de mi vida, ¿pero por qué nunca recuerdas los buenos momentos entre nosotros?; le grita Ucker mientras lágrimas de rabia caen por su rostro.
- Porque si lo hago me derrumbaría…; se sincera Dulce al mismo tiempo que se desliza por una de las paredes de aquel ascensor. Christopher hace lo mismo, quedando sentado frente a ella mientras chocan sus rodillas.
- Pues hazlo, derrúmbate y créeme…; le suplica el joven.
- No puedo… Tú no has visto cómo me besaba con Rodrigo, yo sí he visto cómo te besabas con Natalia, y duele…; le responde Dulce.
- ¿Qué puedo hacer para que me entiendas? Si hasta Christian que es uno de sus mejores amigos me dijo que esperase a que se recuperase para contárselo…; comenta Ucker.
- ¿Qué? ¿Christian lo sabe? Genial…; contesta molesta la chica.
- Y Annie también, y créeme que con bastante más detalle…; le responde el joven desaprobatoriamente.
- Bueno, y Blanca también lo sabe…; le responde Dul tras una linda sonrisa.
- Genial, ahora también mi cuñadita está en mi contra; suspira Christopher.
- En realidad me dio a entender que lo volviese a intentar…; comenta la pelirroja mientras recuerda las palabras de su hermana.
- ¿En serio?; pregunta el muchacho sorprendido.
- Digamos que vio cómo estaba y cómo hablaba de ti…; ahora es Dulce la que suspira.
- Dul, sabes que no puedes ocultar lo que sientes…; la mira directamente Ucker.
- No lo oculto, sé perfectamente lo que siento, pero no puedo volver a sufrir, no me lo merezco…; le responde la joven sin apartar la vista de aquellos ojos marrones que la observaban desde la pared de enfrente.
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1. To the moon, and back
FanfictionHacía años que Christopher y Dulce se habían dicho adiós por última vez, y al parecer ya nada quedaba de ese amor que un día los unió. Al parecer, porque el destino es caprichoso y no deja cabos sueltos... Al fin y al cabo, dicen que uno siempre vue...