Capítulo 112

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Bajo aquel sauce llorón que años antes había presenciado el primer beso de la pareja, Rodrigo intenta calmar a Dulce.

- Lo siento, ha sido mi culpa, por no escucharte y obligarte a venir… ¿Era él verdad?; le pregunta el muchacho realmente preocupado.

- No es tu culpa, la culpa es mía. ¿Por qué tengo que hacerlo todo mal? Todo era perfecto…; solloza la joven.

- No Dul, si yo hubiese llegado a tiempo…; suspira Anahí.

- ¡Ya cállense los dos! Si yo hubiera sido sincera con él nada de esto estaría pasando…; grita entre lágrimas la pelirroja.

- Creo que es mejor que las deje solas... Pondré en venta el departamento y yo aceptaré la propuesta que me han hecho desde España; se despide Rodrigo con un abrazo.

- ¿Cómo que te vas a España? Yo no quiero perder el contacto contigo; pregunta Dulce sorprendida.

- Sí, es lo mejor… Es una empresa muy reconocida, y yo sólo podré olvidarte lejos de ti. Pero no te preocupes, te llamaré, lo prometo; se despide Rodrigo con un tierno beso en la mejilla mientras avanza hasta su auto.

Al fin solas, Annie abraza a su amiga mientras ésta se derrumba en sus brazos. Tras unos minutos en el suelo, Dulce decide levantarse, secándose las lágrimas mientras observa el parque que la rodea…

- ¿Nos vamos a casa, por favor…?; le pide la joven a su amiga.

- Claro que sí…; acepta Annie mientras la abraza en dirección a su auto.

Tras unos minutos en silencio llegan al parking situado enfrente del departamento de Ucker. Dulce baja la mirada, intentando no encontrarse con los ojos que realmente necesitaba ver, montándose en aquel coche, perdiéndose en los paisajes que aparecían tras aquel cristal. Paisajes que pasaban, paisajes que cambiaban, paisajes que dolían. Annie paró en un semáforo en rojo, y Dulce fijó sus ojos en una pareja que comía helado al lado del estanque. Únicamente despertaría del ensimismamiento en el que vivía al reconocer a Natalia, quien agarraba una cucharita llena de helado que introducía en la boca de su amor. El coche arrancó de nuevo, mientras nuevas lágrimas mojaban el rostro de la joven.

1. To the moon, and backDonde viven las historias. Descúbrelo ahora