1. To the moon, and back

Capítulo 175

Al otro lado de aquel jardín en el que se encontraban las chicas, los tres jóvenes también conversaban.

- Ha jugado conmigo...; comenta Christopher cabizbajo.

- La verdad sí, no la entiendo...; suspira Christian.

- Ei, ei, ei. La ardilla lo hizo muy mal, pero tú tampoco actuaste mejor, mi rey; le reprocha Poncho.

- Bueno, la verdad sí tiene razón el menso este...; rectifica el pollito.

- A ver, papá. ¿Por qué demonios le dijiste que tu beso era actuación?; lo cuestiona Alfonso.

- No sé, ella ya me dijo que no quería nada conmigo, y yo no quería quedar como un tonto frente a todos...; exhala Uckermann.

- No has quedado como un tonto, has quedado como un maldito idiota; grita Poncho.

- Tampoco te pases...; lo recrimina Christian.

- No, sí me paso. Los dos han quedado como idiotas. ¿Qué demonios les pasa, caray? Tú le das un beso que te sale del alma y lo niegas. A los pocos segundos ella se va llorando como magdalena. ¿Por qué piensas que fue? ¿Porque le entró algo en el ojo? Claro que no. Se fue porque le había dolido, y mucho. Pero si incluso Annie y Mai la siguieron. Ellas saben de verdad lo que siente, no habrían salido como balas en su búsqueda si no fuese tan importante el asunto. Y lo peor, cuando vuelve, regresa convertida en una mantis religiosa, en la femme fatale que sólo intenta hacerte sufrir, hacerte sentir lo que ella sintió, y lo mejor de todo es que lo consigue. Lo consigue hasta que por fin la güera decide actuar como ella, mientras la roja era poseída por el demonio. La tenías que haber visto, si no podía apartar la vista de ustedes dos. Y luego yo, el charro salvador, intentando abrirles los ojos con la maldita letra de esa canción. Pero nada, se quedan parados como tontos, mirándose, casi llorando mientras se dan cuenta de lo que uno siente por el otro, pero ninguno de los dos hace nada. Al final se quedarán solos, y en el fondo, se lo merecen, por estúpidos; comenta Alfonso exhausto.