La habitación 672 estaba llena de familiares dichosos por la recuperación de sus allegados, empacando las últimas pertenencias para regresar nuevamente a sus hogares.
- Perdón por la tardanza, ya saben cómo son estas cosas...; miente Christopher entrando en el cuarto.
- No te preocupes mi amor, ya todo está listo para irnos; responde Natalia tras una sonrisa.
- ¡Pues vámonos! Me acercaré un día de estos a verte, hermano...; le dice Ucker a Poncho.
- Oye, ¿dónde has dejado a la ardilla?; le susurra Ponchito al oído.
Christopher no responde, únicamente sonríe.
- Ya estoy aquí... ¡Es imposible hacer callar a Iliana!; comenta Dulce entre carcajadas.
- ¡Pues ya estamos todos! ¿Nos vamos?; los anima Poncho.
- Sí, claro. Ya podemos salir juntos; propone Guillermo, el papá de Natalia.
- Me parece perfecto; lo apoya Ruth, la mamá de Ponchito.
Ya en el parking del hospital, entre besos y abrazos, se despiden los unos de los otros.
- Cuídala...; le susurra Christopher a Annie.
- Lo haré; se despide la joven con un beso.
A su lado, Dulce y Natalia también se decían adiós.
- Hasta pronto, recupérate; le dice Dulce mientras la besa en una de sus mejillas.
- Espero hacerlo pronto...; responde Nat.
- Yo también lo espero; le sonríe Dulce a sabiendas de que sus palabras hablaban de manera egoísta.
- Además, voy a tener al mejor enfermero; comenta Naty tras una sonrisa.
Dulce le devuelve la sonrisa, dándose la vuelta para comprobar de quién no se había despedido. Sólo faltaba una persona, esa que la miraba a escasos centímetros y la acogía en sus brazos para fundirse en un tierno abrazo.
- Te quiero, nunca lo olvides...; le susurra Christopher.
- Y yo, no me olvides...; suspira Dulce.
- No lo haré...; le sonríe el joven mientras agarra sus manos, haciendo chocar sus anillos, despidiéndose con un tierno beso en el cachete.
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1. To the moon, and back
Fiksi PenggemarHacía años que Christopher y Dulce se habían dicho adiós por última vez, y al parecer ya nada quedaba de ese amor que un día los unió. Al parecer, porque el destino es caprichoso y no deja cabos sueltos... Al fin y al cabo, dicen que uno siempre vue...