Capítulo 151

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Ya en el escenario, Anahí se adueña del micrófono.

-¡Buenas noches! Yo quería decir que esto no estaba planeado, por lo que no puedo prometer que salga todo lo bien que debería...; comenta nerviosa la muchacha.

- La canción se titula 'Absurda'. Les diría en qué me inspiré, pero ni yo misma lo tengo muy claro. Sólo espero que la disfruten. Y si no les gusta, prométanme que no traen tomates en sus bolsos; bromea la güera.

Desde abajo, una ilusionada Dulce esperaba ansiosa la actuación de su amiga.

- «No es culpa de la vida, ni de quien te hizo mal. Tú sola te lastimas, dándole cuerda a un amor virtual. No es culpa de la luna, ni del cielo ni del sol. Tu instinto sigue enfermo, no sabe de lecciones tu corazón. Tú siempre te mentiste perdida en su mirada, ¿por qué sigues buscando ahora dónde ya no hay nada?»; cantaba Annie mientras la sonriente cara de Dulce María se desvanecía tras cada nuevo acorde.

- «Despiértate absurda, no sigas a oscuras. Él nunca te quiso, él sólo te hizo probar la locura. Despiértate absurda, la vida no es esto. Abre los ojos y empuja al olvido sus besos. No seas absurda, siempre hay un verano después, después del invierno»; mientras la güera seguía con su actuación, desde abajo unos ojos cristalinos se identificaban plenamente con cada letra que alcanzaba a escuchar.

- «Levántate del suelo, y yo te veo volar. Conoces este juego, donde ya sabes no ganarás... Tú siempre te mentiste perdida en su mirada, ¿por qué sigues buscando ahora dónde ya no hay nada? Despiértate absurda, no sigas a oscuras. Él nunca te quiso, él sólo te hizo probar la locura. Despiértate absurda, la vida no es esto. Abre los ojos y empuja al olvido sus besos. No seas absurda, siempre hay un verano después, después del invierno»; los ojos cristalinos de Dulce se habían transformado en lágrimas amargas, lágrimas que todo el mundo asociaba a la emoción del momento y que sólo ella sabía el dolor que le estaba produciendo aquella canción.

- «La princesa de un cuento que no existe. Niña absurda dile adiós a lo que fuiste»; estos serían los versos que la hiciesen reaccionar. Necesitaba huir de aquel lugar, marcharse al fin del mundo, allí donde nadie lograse encontrarla. Necesitaba estar sola, llorar sin consuelo. Se sentía completamente absurda.

Sin embargo, a pocos metros, alguien ya seguía sus pasos.

1. To the moon, and backDonde viven las historias. Descúbrelo ahora