Tras un corto recorrido por la Ciudad de México, llegan al edificio de Annie y Dul, dónde los saluda el portero mientras se dirigen al ascensor. Tras unos segundos más cerca de lo que desearían dos de ellos, la puerta del ascensor se abre y Dulce los invita a entrar.
- ¡Wooooow!; se apresura Poncho a comentar.
- ¡Te quedó bien linda!; adjunta Christopher.
- ¡Gracias!; responde Dulce a los halagos.
- Bueno, siéntense. ¿Quieren algo de tomar?; pregunta Dul.
- ¿Qué tienes?; le contesta Poncho.
- ¡Buen vino chileno! Por los viejos tiempos. Al final nos olvidamos de él en la comida Dulcecita; grita Anahí mientras sale por la puerta de la cocina.
- Yo mejor un refresco, recuerden que tengo que conducir; apostilla Ucker.
- ¡Ay no! Pues te quedas aquí a dormir, o en mi casa. ¡Un día es un día! Hablo yo con Natalia y listo; le dice a Chris mientras le agarra su teléfono y le envía un mensaje a su novia.
- ¡Estás bien loquita Annie!; se ríe Christopher.
- ¡Cállate y brindemos!; grita Anahí mientras todos alzan sus copas.
- Oye, ¿les importa que me ponga en pijama para poder estar más cómoda?; pregunta Dul.
- ¡Claro mensa, estás en tu casa! Además, ni que no te hubiéramos visto en situaciones peores, o mejores según se vea…; comenta Poncho entre carcajadas.
- ¡Ja, ja! Qué gracioso eres tú…; le responde Dulce con una sonrisa.
Mientras la chica se cambiaba en su cuarto, Poncho y Annie se adueñaron de uno de los grandes sofás que presidían el salón.
Minutos después regresa Dulce, quien se da cuenta que el único lugar disponible es al lado de Christopher. Se sienta intentando disimular su nerviosismo, aunque las palabras de Christopher la desconciertan todavía más.
- Me gusta tu pijama; le susurra al oído.
Dulce no se dio cuenta de que se había puesto el único pijama que Christopher le había regalado en su vida, el mismo pijama que utilizó la última noche que durmió a su lado.
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1. To the moon, and back
FanfictionHacía años que Christopher y Dulce se habían dicho adiós por última vez, y al parecer ya nada quedaba de ese amor que un día los unió. Al parecer, porque el destino es caprichoso y no deja cabos sueltos... Al fin y al cabo, dicen que uno siempre vue...