Capítulo 96

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Cajas y más cajas iban y venían de un apartamento al otro. Las mudanzas no son fáciles, aunque se hacen más llevaderas cuando recibes mensajes de ánimo que hacen que una sonrisa bobalicona salga de tu boca a cada nuevo "clin"...

- ¡Duuuuuuuul!; grita Annie.

- ¿Qué, qué ocurre?; pregunta Dulce sorprendida apartando la mirada de su teléfono.

- Salte de ahí por dios... ¿Qué hay dentro de esta caja? ¿Eres coleccionista de pedruscos o qué?; se queja la güera.

- Pues no sé, luego ya vemos...; comenta la pelirroja desde el marco de la puerta, observando su móvil sin prestar mucha atención a lo que pregunta su amiga.

- ¡Ay no! Dame eso, y pongámonos a cargar cajas. ¡Son unos pegajosos!; se ríe Annie confiscándole el teléfono a Dul.

- Eeeeeei, dámelo...; suplica la joven.

- No hasta que no acabemos; le regaña Anahí.

- Vale, mami... ¿Pero me dejas despedirme?; pregunta Dul poniéndole ojitos.

- No; le responde seria Annie mientras la invita a entrar en el ascensor que las llevará al departamento de la pelirroja.

Tras una tarde intensa entre risas, gritos y mucho caos, las dos últimas cajas salen de casa de Dul en dirección al piso de abajo. La pelirroja comprueba que nada se le olvide y que todo esté en su lugar para así despedirse por siempre del que fuera su hogar durante los últimos años. Con un suave portazo dice adiós a los recuerdos para adentrarse en el ascensor que la llevaría a su nueva vida. Lo que no sabía, aunque pronto lo descubriría, es que mientras su elevador se cerraba, a su lado otro se abría, y quien dentro se hallaba venía con la intención de desmontar sus perspectivas de futuro...

1. To the moon, and backDonde viven las historias. Descúbrelo ahora