Capítulo 124

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Dulce se separó de Christopher mientras apoyaba sus manos en su cara, notando esa barba incipiente con la que tanto le gustaba jugar.

- Tengamos la fiesta en paz; comenta la muchacha haciéndose la dura, aunque por dentro ya estuviese completamente derretida.

- Dul... Mírame a los ojos y dime que no me quieres; le ruega Uckermann sin apartar la vista de esos ojos marrones que lo tenían cautivado.

- Ya Christopher... Te miro a los ojos y te digo que hoy cenamos seis. Así que dejemos nuestros problemas a un lado y disfrutemos los unos de los otros como buenos amigos; pide Dulce sensatamente.

- Está bien, tienes razón... Hoy seamos buenos amigos, pero mañana seguiré queriendo ser algo más que eso; le sonríe Christopher.

- Démonos una tregua... ¿Amigos?; le extiende Dulce la mano.

- Amigos; se la agarra Ucker mientras tira de ella para fundirse en un tierno abrazo, del que esta vez, la joven sí disfruta sin rechistar.

La velada transcurre entre risas, bromas y recuerdos de anécdotas difíciles de olvidar. También publicaban sus primeras fotos en distintas redes sociales, y los comentarios de los fans enloquecidos no hacían más que aumentar su felicidad. Copas iban y venían, como en los viejos tiempos, y al menos por una noche, cualquier tensión que pudiese existir entre ellos había desaparecido. Se disfrutaban los unos de los otros, nada importaba. Al fin y al cabo, el lazo que un día los unió, nunca nadie sería capaz de romperlo.

- Óiganme amiguitos, ¿qué les parece un sofá, una mantita y un Annie-álbum?; grita eufórica la muchacha, entrando en el comedor con una caja gigante llena de recuerdos en forma de CDs, DVDs y millones de fotos de aquellos grandiosos años.

1. To the moon, and backDonde viven las historias. Descúbrelo ahora