Anahí lee el mensaje que había destrozado a Dulce: «Mi celular está en tu departamento. Avísame cuando la traidora de tu amiga no esté en casa, no quiero verle la cara. Aunque a estas alturas supongo que todas las mentiras que como tonto me creí habrán terminado y estará viviendo de nuevo con su querido Rodrigo… Sobra decir que tampoco quiero saber nada de ti. Creía que éramos amigos, pero por lo que se ve ya no queda nadie en quien confiar, bebé…»
El dolor de Christopher se sentía a cada nueva palabra que leía la joven. Él ya no quería explicaciones, había extraído sus propias conclusiones, y no eran las correctas… Y antes de llegar al final, el rostro de Annie ya se transformaba en un llanto incontrolado. No sabía cómo, pero le daría las explicaciones que él ya no quería escuchar. Christopher no merecía ese dolor, pero ellas tampoco…
Mientras, en otro punto de la Ciudad de México un cuerpo decaído se derrumbaba por la pared de un cuarto en el que horas antes una mujer había despertado sus instintos más primarios, esa misma mujer que hacía escasos momentos había destrozado su vida, y su corazón. Christopher se sumía en un llanto de dolor y rabia contenida. Él la quería, la quería como a nadie, y ella había jugado con sus sentimientos. Se sentía una marioneta en manos de su titiritera. ¿Cómo pudo fingir de la manera que lo hizo? Al fin y al cabo es una buena actriz, se respondía a sí mismo, autoconvenciéndose de las malas artimañas utilizadas por la muchacha. En el fondo, y él lo sabía, Dulce lo quería y todo tendría una explicación, explicaciones que él ya no estaba dispuesto a escuchar. Sólo quería olvidarla, recomponer su vida y seguir hacia delante, solo, sin nadie a su lado que lo volviese a lastimar, aunque había hecho una promesa, y a Natalia no la abandonaría hasta que estuviese completamente recuperada.
Entre lágrimas y recuerdos se hallaba el joven cuando un nuevo mensaje llega al portátil que permanecía a su lado. Sabía a quién pertenecía, y con una mirada de ilusión incapaz de ocultar se dispone a leerlo. Aunque lo negase, deseaba volver a verla y encontrar en esas palabras la excusa perfecta para hacerlo, aunque no la encontró: «Hoy, a las 17.30 h. Tranquilo, ella no estará», había respondido escuetamente Anahí.
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1. To the moon, and back
FanfictionHacía años que Christopher y Dulce se habían dicho adiós por última vez, y al parecer ya nada quedaba de ese amor que un día los unió. Al parecer, porque el destino es caprichoso y no deja cabos sueltos... Al fin y al cabo, dicen que uno siempre vue...