Capítulo 70

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Amanece un nuevo día y vuelve el ajetreo a aquel hospital sumido por la preocupación del ambiente. Anahí se despierta con los primeros rayos de luz, desencajándose de aquella silla de hospital tan incómoda. A su lado, reposa tranquilo Guillermo, el papá de Natalia. La verdad era un señor muy agradable y con muy buena conversación.

La joven aún adormilada se levanta de su asiento intentando no despertar al hombre, aunque no lo consigue, pues éste ya la mira desconcertado desde su asiento.

- ¡Buen día Guillermo! ¿Le apetece un café?; pregunta sonriente la joven.

- Sí claro, me vendrá bien para despejarme; acepta el señor mientras se dirigen a la cafetería.

Tras unos minutos, digiriendo el desayuno mientras caminan por los pasillos de aquel hospital, una enfermera los interrumpe.

- Perdónenme el atrevimiento, pero señorita Anahí, yo la conozco de las revistas y la verdad hace unos minutos que la doctora nos preguntó por los familiares de Alfonso Herrera…; se explica la muchacha.

- Sí, yo soy. ¿Dónde está? ¿Ha ocurrido algo?; pregunta Annie preocupada.

- Pues no sé señorita, mejor pregunte en el mostrador…; le aconseja la enfermera.

Anahí se dirige apresuradamente al mostrador de información mientras Guillermo la sigue muy de cerca.

- Perdonen, una de las enfermeras me ha dicho que la doctora había preguntado por los familiares de Alfonso Herrera, ¿qué ha ocurrido?; reclama ansiosamente información la joven.

Detrás de ella una voz conocida le responde:

- No se preocupe, Alfonso mejora favorablemente. Y menos mal que también está usted, ¿es familiar de la paciente Natalia Téllez, verdad?; pregunta la doctora a pesar de conocer la respuesta.

- Sí, soy su papá. ¿Qué ocurre?; pregunta ahora Guillermo preocupado.

- También se encuentra mucho mejor, no se preocupe. Los buscaba a los dos porque ha surgido un problema en el hospital… Ambos jóvenes mejoran muy favorablemente, por lo que ya pueden abandonar la unidad de vigilancia y ser internados en planta. Sé que no es habitual esta distribución, pero viendo que se conocen, la verdad nos harían un gran favor si aceptasen que compartiesen una misma habitación…; se explica la doctora.

- Por mí no hay ningún problema; acepta Guillermo.

- Yo tendría que hablar con su mamá, pero dudo que ponga algún impedimento; añade Anahí.

- ¿Hablabas de mí, querida? ¿Qué tal se encuentra mi hijo?; se une Ruth a la conversación.

Tras explicarle la situación, la madre acepta gentilmente la propuesta del hospital: Natalia y Poncho compartirán una misma habitación en aquel hospital que, definitivamente, será escenario principal de alguna que otra situación, cuanto menos, interesante…

1. To the moon, and backDonde viven las historias. Descúbrelo ahora