Tal situación despierta en Christopher sus instintos más primarios, y éste no duda un instante en recorrer el excitado cuerpo de la mujer que lo posee: su boca, su cuello, su escote…, mientras sus manos exploran el interior de unas braguitas que pronto caerían a sus tobillos.
Tras unos instantes de placer que la dejan sin respiración, la joven se abalanza sobre el muchacho al mismo tiempo que desabrocha aquellos vaqueros a punto de estallar por la presión. Son ahora su boca y su lengua las que toman el control de la situación… Ucker no aguantaba más, sabía que estaba llegando al éxtasis, por lo que aprovecha la relativa amplitud de los ascensores de hospital para tumbarla en el suelo y abrirse camino en su interior. A ambos les falta el oxígeno mientras se pierden en un mar de sensaciones que son interrumpidas por los gritos provenientes del exterior…
- ¿Están bien? ¡Hemos recibido su llamada de emergencia! En unos minutos ya podrán salir; les informa la voz de uno de los técnicos desde el otro lado de la puerta.
- Sí, estamos bien, no se preocupe…; grita Christopher intentando disimular el jadeo que aún invadía su cuerpo, al mismo tiempo que se subía los pantalones de manera apresurada.
- ¿Cómo que han recibido nuestra llamada de emergencia? ¿No me habías dicho que no habías pulsado el botón?; le susurra Dulce molesta mientras se viste de mala manera.
- No sé, a lo mejor lo hemos pulsado sin querer mientras…; le comenta Ucker tras una sonrisa picarona.
- A mí no me hace gracia…; se molesta Dul.
- Cállate; le dice Christopher mientras le roba un beso a la pelirroja.
- Cállame; le responde con otro la muchacha mientras aprieta fuertemente una de sus nalgas.
En esas andaban cuando la puerta del ascensor comienza a abrirse lentamente. Rápidamente se separan para salir apresuradamente, encontrándose frente a frente con Natalia y Poncho en silla de ruedas acompañados de uno de los enfermeros.
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1. To the moon, and back
FanfictionHacía años que Christopher y Dulce se habían dicho adiós por última vez, y al parecer ya nada quedaba de ese amor que un día los unió. Al parecer, porque el destino es caprichoso y no deja cabos sueltos... Al fin y al cabo, dicen que uno siempre vue...