Dulce, angustiada, recorría de manera apresurada los escasos metros que separaban aquel teatro del hotel en el que se hospedaba. Sin embargo, unos brazos robustos habían logrado darle caza.
- ¡Aaaaah! ¡Suélteme!; gritaba la muchacha despavorida.
- Tranquila, soy yo; anuncia Christopher intentando calmarla.
- ¡Tarado!; le chilla la pelirroja mientras prosigue su camino.
- ¡No, espera! ¿Qué te ocurre? ¿Por qué te marchaste así?; pregunta el chico preocupado, agarrándola nuevamente.
- Nada, déjame sola, por favor; suplica Dulce.
- No hasta que no me digas; le dice Uckermann mientras acerca su cuerpo al suyo.
- De verdad, necesito estar sola; suspira la joven.
- ¿Estabas llorando por mí?; pregunta el muchacho mientras seca sus lágrimas tiernamente.
- Quiero ir al hotel, suéltame, en serio; ruega nuevamente la pelirroja.
- Okey, vayamos al hotel, pero allí me vas a explicar; acepta Christopher sus peticiones mientras la carga a sus espaldas.
- ¡Bájame!; grita y patalea la chica durante todo el camino.
- Buenas noches; saluda Ucker al ojiplático recepcionista de aquel hotel.
Tras un corto viaje en ascensor, al fin ante las puertas de sus respectivas habitaciones, el joven baja a Dulce de sus hombros.
- ¿En tu cuarto o en el mío?; pregunta el muchacho.
- ¿Qué dices?; lo cuestiona la chica incrédula.
- Que si hablamos en tu cuarto o en el mío; le explica Christopher.
- En ninguno de los dos; sentencia la pelirroja.
- ¿Por qué eres así?; suspira el joven desesperado.
- Porque no tenemos nada de qué hablar; alza Dulce la voz.
- Yo sí tengo que hablar contigo; lo intenta de nuevo Uckermann.
- Chris, ya se acabó…; comenta la muchacha tras un suspiro.
- No, no se terminó. Sabes que no se terminó…; ruega el joven apoyando su frente en la de ella.
- Sí. Hoy lo entendí todo…; exhala Dulce apartando su mirada de la de él.
ESTÁS LEYENDO
1. To the moon, and back
FanfictionHacía años que Christopher y Dulce se habían dicho adiós por última vez, y al parecer ya nada quedaba de ese amor que un día los unió. Al parecer, porque el destino es caprichoso y no deja cabos sueltos... Al fin y al cabo, dicen que uno siempre vue...